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Fútbol | Amistoso

Empate sin goles entre el Portmany y el Formentera

El Formentera no puede en su último partido amistoso con un Portmany que se mostró superior durante los 90 minutos

Una acción del partido entre el Portman y el Formentera. | Mohamed Chendri

| Ibiza |

El Portmany y el Formentera empataron este sábado sin goles en Sant Antoni en el último amistoso de los de la pitiusa sur de cara al inicio liguero en Segunda RFEF. Fue un partido con pocas ocasiones, en el que los locales fueron mejor ante un Formentera que quizás acusó el cansancio del partido del día anterior ante el Sant Jordi.

Los primeros diez minutos fueron de mucha igualdad, con un Portmany que quería llevar la voz cantante ante un rival de categoría superior. Por su parte, el Formentera, cuando recuperaba el balón, buscaba el juego directo, pero sin éxito.

El partido pudo cambiar en el minuto 13, cuando el árbitro señaló penalti a favor del Portmany. Rober tomó la responsabilidad, pero su disparo fue atajado por Dani García.

Los de Sant Antoni cada vez estaban más cómodos sobre el terreno de juego y el dominio se transformó en llegadas de peligro, pero sin terminar de disparar a portería.

En el 25, fue el propio Rober quien probó suerte con disparo lejano que se marchó cerca del palo izquierdo de la portería de un Formentera que no encontraba el camino.

Poco después, era Iván el que ponía en problemas al guardameta de la pitiusa sur con un potente disparo que acabó en saque de esquina.

La primera parte se esfumó sin que el Formentera disparase a portería. La única opción llegó en un balón parado rematado por Gorriz en posición de fuera de juego.

A los dos minutos de empezar la segunda parte pudo llegar el gol de Formentera. El centro de Javi Llario se envenenó y acabó estrellándose en el larguero.

Los de Míchel Alonso habían salido con otro aire, pero el Portmany no tenía intención de dejarse dominar. Así, los minutos caían y ninguno de los dos equipos conseguía imponerse al otro. Las ocasiones brillaban por su ausencia y el público tenía poco que llevarse a la boca.

El reloj fue descontando minutos, sin que pasasen demasiadas cosas, con los porteros como espectadores. Así se llego al pitido final.

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