Director deportivo y jugador, Jordi Grimau Gragera (Barcelona, 17-06-1983) es una pieza clave en el proyecto del CB Sant Antoni. El conjunto ibicenco de baloncesto quiere seguir creciendo y, en plena pretemporada, mira hacia un curso que se espera ilusionante y en el que sueñan con estar en la zona alta de la tabla.
—Proyecto nuevo, muchas caras nuevas, pero la misma ilusión.
—Sí, en la línea de los últimos años. Creo que es un proyecto que crece, que cada año tiene la sensación de que puede crecer y que se hacen las cosas bien. La verdad es que estamos muy al principio de todo, pero estamos contentos por la forma que está tomando el proyecto en todos los aspectos.
—El curso pasado, el equipo empezó de manera sensacional, siendo campeones de invierno, pero se desinfló en la segunda vuelta. ¿Qué se espera de esta temporada?
—Yo creo que, a priori, es una mejor plantilla, con mejores jugadores, con más talento, con más físico, con más experiencia… Pero no siempre mejores equipos han rendido mejor. Hay que ver cómo se adaptan estos jugadores, qué tipo de equipo formamos. También el grupo Este de este año es mucho más potente que el del año pasado con la entrada de todos los equipos catalanes. La liga es completamente distinta y es lo bonito y difícil de estas categorías, que de un año para otro hay cuatro o cinco equipos distintos. Han ascendido equipos con presupuestos altos, el descenso de Palma, Menorca que no subió… Creo que este año la liga tiene mayor nivel.
—Sé que todavía es pretemporada, pero se ha ganado a Palma con muy buena imagen. Este fin de semana juegan otra vez contra ellos y Menorca… No sé si pueden ser partidos para ver el nivel de este equipo.
—Yo, a nivel personal, soy de los que piensa que a la pretemporada no se le debe otorgar ningún valor a los resultados. Hace menos de quince días perdimos de 25 con El Prat y ahora ganamos de 25 en casa a Palma… Creo que tienen el mismo valor. Son amistosos. La pretemporada es ir evolucionando, a todo nos gusta ganar, pero lo que hay que valorar es la evolución de un partido al otro, que el equipo vaya cogiendo los conceptos lo mejor posible.
—Jordi Grimau director deportivo está contento con el equipo que se ha formado o piensa que se le ha escapado o falta alguna pieza.
—Tenemos un equipo con un 90% de lo que queríamos tener, la mayoría son primeras opciones. Creo que tenemos un equipo muy parecido al que queríamos tener dentro de nuestras posibilidades. El proyecto cada vez es más respetado y eso nos permite traer a gente a la que no podríamos pagar, pero hacen el esfuerzo por venir. Estamos muy lejos de los presupuestos altos de la categoría, pero a nivel deportivo creo que podemos competir contra ellos. Si realmente hemos acertado o no con los fichajes lo veremos más adelante.
—Habla de presupuestos. Este año se ha buscado un compañero de viaje ha llegando a un acuerdo con Class Rent a Car para que pase a ser el patrocinador principal.
—Sí, es un apoyo vital para cerrar la sensación de que el proyecto va a más. Es difícil encontrar un patrocinio de cuatro o cinco años. Es una empresa de aquí, con gente trabajadora, que le ha ido mal, que le ha ido bien, que da trabajo a gente de la isla, que está involucrada con nuestro proyecto desde que empezamos y ha querido dar un paso hacia adelante en acompañarnos en este sueño de que algún día pueda haber baloncesto de un pasito más en la isla.
—Me consta que han llamado a muchas puertas, incluida la de Gerard Piqué.
—Hemos hablado con mucha gente, intentando ver qué opciones había. La marca Ibiza y el club es un caramelo goloso para posibles inversiones, pero no encontramos nada lo suficientemente atractivo hasta que llegó la situación con Class. Pero sí es cierto que durante estos años hemos tenido conversaciones con bastante gente. Unas no han salido porque no les ha interesado a ellos y otras porque no le ha interesado al club. Creo que Class era lo que buscábamos y lo que necesita el proyecto, ir de la mano con alguien que entiende la identidad de la isla.
—Jordi Grimau jugador se iba a retirar el año pasado, pero decide seguir. ¿Cómo llevamos esa decisión?
—Estoy un poco cansado por la pretemporada. Está claro que cada año que pasa, uno sabe que esto está más cerca de acabar. Diría que estoy prácticamente seguro de que este será el último por cómo uno se va sintiendo, también es verdad que en pretemporada hay mucho volumen de entrenos. Soy consciente de que tengo que intentar disfrutar mucho de cada momento. Siempre he estado muy preocupado por la línea entre la dignidad y el ridículo a estas edades es muy fina y creo que no me merecería retirarme dando una mala imagen después de una carrera tan larga. En el momento que vea que no puedo ayudar o no estoy al nivel, yo seré el primero que decida dar un pasito hacia un lado. La idea es aguantar todo el año y disfrutarlo al máximo.
—Se ve con un rol importante dentro de la pista o más ya como una figura de vestuario con experiencia y menos minutos.
—La verdad que en los últimos años nunca he tenido una expectativa deportiva. Es una cuestión de competitividad. Cuando estoy entrenando, entreno a todo lo que puedo. Si el entrenador piensa que compito mejor que los compañeros que han venido, pues me pondrá. Si piensa que los compañeros están mejor, jugaré menos. En las dos situaciones seré feliz y el paso natural es que mi protagonismo vaya descendiendo.
—El equipo ha arraigado entre la afición. Supongo que espera que este año siga viniendo mucha gente al pabellón.
—Sin duda, la mayor victoria y el éxito de este proyecto es haber conseguido reenganchar a mucha gente al baloncesto y haber conseguido ser reconocidos en la isla y en nuestro pueblo. Que al último partido del año pasado vinieran 850 personas es un súper éxito. El evento social que se ha creado los sábados por la tarde es algo precioso. Lo que más me llena de orgullo es salir un sábado después de haber ganado y encontrarte a 50 o 100 aficionados esperando fuera del pabellón para saludarte. Esto es de lo más bonito que he vivido en mi carrera y es lo que me animó a seguir un año más. Sé que esta sensación no la volveré a sentir cuando me retire. Espero que vaya a más y cada vez se enganche más gente, aunque en Ibiza no es fácil reunir a tanta gente.
—Si va a más, esto se puede quedar pequeño. ¿Cómo va el tema de las gradas supletorias?
—Está parado, pero esperamos que con la voluntad de todas las partes vaya adelante. Siempre se ha cumplido lo prometo y estamos esperando que lleguen. Están prometidas y esperemos que se desencalle la situación porque creo que esta instalación con esas gradas pasaría a ser, sin duda, la mejor de la isla. Estamos hablando de una instalación para albergar espectáculos de todo tipo, no solo baloncesto.