La Peña Deportiva sigue mirando al fútbol del norte para confeccionar la plantilla de la próxima temporada. Aitor Albizu (Irurzun, Navarra, 2002) es el último futbolista que ha firmado contrato con el equipo santaeulariense. Este mediocentro diestro, pero que maneja bien la pierna izquierda, procede del CD Mutilvera, con los que disputó 1.967 minutos durante la 2022/23. 33 partidos, veinte como titular, que le llevaron a jugar el playoff a Segunda RFEF. Igual que ocurrió en la segunda vuelta del grupo navarro de Tercera RFEF (jugó enteros quince de las últimas diecisiete jornadas), Albizu fue fundamental en la promoción que llevó a su club hasta el ascenso: estuvo en el campo 540 minutos; es decir, los seis duelos completos de las tres eliminatorias en las que compitió el Subiza.
«Estoy muy ilusionado por incorporarme a la Peña Deportiva [donde ocupará plaza sub'23]. Es un paso importante para mí jugar en uno de los equipos más fuertes de Segunda RFEF: aunque ya jugué dos partidos en Segunda B con el Mutilvera, debutar en esta categoría es un paso importante para mí. Todo el mundo me ha hablado maravillas del club y de Santa Eulària: ha pesado a la hora de tomar la decisión. Además, sé que el club apuesta por jugadores jóvenes con proyección, que es una entidad seria y profesional, que ha jugado playoff tres de los últimos cuatro años», dice Albizu. Aunque aterriza en Ibiza con la vitola de centrocampista de toque («dicen que doy al equipo la pausa que necesita»), el último fichaje peñista aclara que, «como buen navarro», también aportará «intensidad en las disputas» y capacidad «para abarcar mucho campo y mantener el sistema táctico que pida el míster».
Albizu mamó esos conceptos en Tajonar. Aunque durante su etapa juvenil tuvo ficha en el Izarra y el Mutilvera, semanalmente entrenaba en la ciudad deportiva del Club Atlético Osasuna. «En mi primer año sénior pasé al Subiza, el tercer equipo rojillo. Estuvimos cerca de subir a Segunda RFEF dos temporadas seguidas. Hace unas semanas caímos contra El Palo en la eliminatoria definitiva».
Sin embargo, Aitor llegó a la cantera de un club histórico por una senda particular. Hasta los quince años jugó al fútbol sala en el equipo de su pueblo: el Club Deportivo Xota. Vicente Albizu, su padre, fue un jugador muy querido y respetado en este clásico de la Liga Nacional de Fútbol Sala. «En mi segunda campaña como cadete fuimos subcampeones nacionales con la selección navarro y terceros en el Campeonato de España de clubes. Eso me llevó a la selección sub'19 a pesar de que solamente tenía quince años. Pero quería probar en el fútbol y, la verdad, no me ha ido mal. Haber jugado a fútbol sala me ha dado muchas herramientas que domino sin esfuerzo. Con mucho trabajo me he adaptado a otros aspectos que se manejan en el campo y no en la pista».