Por fin. La UD Ibiza ha regresado este domingo a la senda de la victoria tras superar al Melilla por 4-3 en un partido no apto para cardíacos. Los celestes perdían a falta de diez minutos para el final y acabaron remontando para poner fin a su mala dinámica.
Guillermo Fernández Romo, técnico celeste, le devolvió la titularidad a Sequeira. Pocas novedades más hubo en un once en el que continuaba Arturo junto a Olabe en el doble pivote.
Como era de esperar, la Udé dominó desde el inicio a su rival. A los cuatro minutos, Javi Jiménez dio el primer aviso con un disparo cruzado en el interior del área que repelió el defensa Moisés. La réplica la dio Víctor Morillo con un remate que atrapó el portero costarricense.
Más clara fue la ocasión de Soko en el minuto 20. El camerunés ejecutó un remate de cabeza y de nuevo Moisés sacó la pelota bajo palos. Acto seguido, Obolskiii recibió un pase de la muerte de Unai Medina y disparó al larguero.
El conjunto ibicenco estaba perdonando y casi le pasó factura en el minuto 22. En una falta lateral a favor del Melilla, la pelota le llegó a Moisés en el área pequeña, quien, libre de marca pero algo forzado, remató a las nubes.
En el minuto 27, la UD Ibiza por fin acertó con la portería. Javi Jiménez, desde la izquierda, asistió a Gallar, que realizó un mal disparo con la fortuna de que la pelota le llegó a Soko y este sólo tuvo que redireccionarla al fondo de la red.
Para sorpresa de todos, la alegría duró muy poco en las filas unionistas. Tres pases necesitaron los melillenses para forzar un penalti tras sacar de centro. Siddiki recibió un pase en profundidad de Selasi y fue derribado torpemente por Sequeira cuando el regate del atacante no le llevaba a ninguna parte. El propio Siddiki transformó la pena máxima.
Los locales no bajaron los brazos. Gallar rozó el segundo gol con un disparo en el interior del área ante el que se lució Salcedo con una buena palomita. Lo que nadie podía imaginarse es que el cuadro visitante se iba a marchar a los vestuarios por delante en el marcador. Javi Jiménez perdió la pelota en el centro del campo y Pablo Hernández lanzó un pase en profundidad a un Siddiki que, tras plantarse en el área, superó a Sequeira con un disparo raso. En la grada se escuchaban pitos. No era para menos. Y es que el Melilla, equipo de la zona de descenso, mandaba en Can Misses sin hacer nada del otro mundo.
Romo movió el banquillo de inicio en la segunda mitad. Rubén Díez entró por Arturo y Monjonell, por Pepe, que se había lesionado. El panorama no cambió demasiado y también decidió dar entrada a Suleiman por Olabe.
Pese a que en el campo no pasaba nada especial, la Udé consiguió el empate. Un pase entre líneas de Soko permitió a Obolskii marcar con un disparo cruzado el 2-2 en el minuto 60. Quedaba media hora por delante y las sensaciones eran que el cuadro pitiuso podía completar la remontada.
Cuatro minutos después de las tablas, los locales desperdiciaron una doble oportunidad para marcar. Rubén Díez recibió un pase de la muerte y su chut lo taponó un defensa. El rechace le llegó a Suleiman, que también vio cómo un zaguero evitaba que su tiro acabara entre los tres palos.
La más clara la tuvo Suli en el 68. El extremo lanzó incomprensiblemente a las nubes un pase de la muerte de Obolskii. Ver para creer.
Ese error no tardó en pasar factura. Cuatro minutos después, en el 72, José Enrique remató a la red un centro de Víctor Morillo tras una gran acción previa de Siddiki. Can Misses enmudeció. Nadie podía creer lo que estaba pasando.
La Udé no arrojó la toalla y se lanzó al ataque. Gallar rozó las tablas de falta, pero entre el portero y el larguero evitaron que la pelota entrara. En el 82, una internada de Suleiman por la izquierda acabó con un centro que Gallar convirtió en el 3-3.
El empate no servía a los celestes, que insistieron en la búsqueda de la victoria. Y la encontraron. En el 86, una gran acción individual de Suleiman por la izquierda acabó con un remate de pecho de Arroyo en boca de gol. La UD Ibiza se puso por delante y ya no se dejó alcanzar en el marcador. Incluso vio cómo le anulaban en el descuento un gol a Arroyo. El Melilla ya no daba para más y se llegó al final con un 4-3 que permite a los unionistas romper una racha de ocho partidos consecutivas sin ganar. Ya tocaba.