Hace unos años, cuando se convirtió en el primer tenista nacido en el siglo XXI que integraba el top-100, el canadiense Félix Auger-Aliassime ponía rostro a la generación que iba a tomar el poder en el circuito del tenis. Era 2019 y el tenista que este domingo desafiará a Carlos Alcaraz por un puesto en los cuartos de final de Roland Garros se aprestaba a dar el asalto a la generación liderada por el 'Big 3'. El murciano ya se ha quedado solo como único representante del tenis español sobre la tierra batida de París.
Ahora, con 23 años, Auger-Aliassime ha moderado las expectativas que pesaban sobre él, pero sigue siendo uno de las grandes esperanzas del futuro, una carrera con altibajos que le llegó a colocar en el número 5 del ránking.
El canadiense ha ido solidificando todos los aspectos de su juego, aunque le falta dar el salto definitivo, ser competitivo contra los mejores del mundo.
Un buen ejemplo fue la final que disputó en el pasado Masters 1.000 de Madrid, la primera a la que llegaba en un torneo de esa categoría. Las lesiones fueron entonces su mejor aliado, porque hasta tres rivales, el checo Jakub Mensik se retiró en tercera ronda, el italiano Jannik Sinner no compareció en cuartos y el checo Jiri Lehecka solo jugó seis juegos en semifinales.
Sólo pudo presumir de haber batido al noruego Casper Ruud, un especialista sobre tierra batida, doble finalista en Roland Garros.
Pero en la final, contra el número 8 del mundo, el ruso Andrey Rublev, dejó escapar una buena oportunidad para apuntarse el primer torneo del año y eso que el moscovita estaba visiblemente enfermo.
Un repaso a su palmarés indica que Auger-Aliassime no ha brillado contra tenistas de postín. En su currículum sobre sale el partido que jugó en octavos de final de Roland Garros en 2022 contra Rafa Nadal, cinco sets ajustados que obligaron al español, camino de su décimo cuarto título, a sudar para pasar ronda.
Como entonces, el brazo del canadiense parece encogerse cuando afronta un adversario con prestigio, como el que tendrá en la pista este domingo.
El jugador, que creció en L'Ancienne-Lorette, en las afueras de Quebec, de padre de origen togolés, que cayó en la marmita del tenis con 4 años, siguiendo los pasos de su hermano que abrió una academia.
Admirador confeso de Nadal, un día le dijo a su padre que «algún día» quería ser como el español y a ello dedicó muchos esfuerzos.
En Canadá enseguida se convirtió en el mejor y con 14 años se convirtió en el primer tenista que ganó un partido profesional, una precocidad que recordaba a la de su ídolo.
Siguiendo su rastro, acudió a la academia de Mallorca para mejorar su tenis y durante unos meses fichó como entrenador a Toni Nadal, tío y entrenador histórico del tenista al que soñaba con parecerse.
"Creo que me enseñó cosas importantes, me trasmitió su filosofía, la que desarrolló junto a Rafa. Me aportó mucho a nivel de la exigencia, de la capacidad de mejora y de la obligación de ser humilde, de saber superar los momentos difíciles", comentó.
El canadiense se medirá por quinta vez a Alcaraz, la primera en tierra batida, la segunda en un Grand Slam.
Auger-Aliassime, que tiene dos años más que el español, lo afrontó por vez primera en 2021 cuando este tenía 18 años, en cuartos de final del Abierto de Estados Unidos, a los que el murciano llegó tras un cuadro duro, que le obligó a disputar 17 sets. Perdió el primero e iba abajo en el segundo cuando sus aductores le fallaron y abandonó.
Al año siguiente, nada más ganar el Abierto de Estados Unidos y convertirse en el más joven número 1 de la historia, Alcaraz tomó un avión con destino a Valencia para jugar la Copa Davis contra Canadá. El agotamiento le impidió rivalizar contra el número 1 canadiense.
Ese mismo año, sus raquetas volvieron a cruzarse en las semifinales de Basilea, de nuevo con victoria de Auger-Aliassime, que en su mejor temporada acabó levantando en Suiza su cuarto torneo del año.
Sus dos últimos duelos tuvieron el mismo campo de batalla, la pista dura de Indian Wells y el mismo ganador: En 2023, en cuartos de final, y este mismo año en primera ronda, duelos que precedieron la victoria de Alcaraz en el torneo.
En menos tiempo, el español ha amasado un palmarés más jugoso, con 19 títulos, dos Grand Slam y seis Masters 1.000.
La tierra batida de París pondrá, cara a cara, dos trayectorias prometedoras que han seguido caminos diferentes. El español persigue sus segundos cuartos consecutivos, tras haber caído en semifinales el año pasado atormentado por los calambres.