La UD Ibiza ha entrado en estado de depresión. El equipo celeste ha encadenado este domingo su cuarta derrota seguida (tres en Liga y uno en Copa) tras caer contra el Antequera por 2-0. Es cierto que el equipo malagueño no hizo mucho más que el ibicenco para sumar los tres puntos, pero también es verdad que la Udé sigue sin enamorar y sufrió un nuevo revés que aumenta las dudas de un equipo configurado para ascender.
La primera parte no fue precisamente una oda al fútbol. No hubo apenas ocasiones de gol y lo que se vio fue a dos equipos sólidos en la retaguardia, más centrados en no conceder espacios atrás que en encontrarlos delante.
La Udé, con la sorpresa de Eugeni en el banquillo, se mostró más incisiva que su rival en los primeros compases del partido. De hecho, protagonizó las dos primeras llegadas de peligro en poco más de un cuarto de hora. Arturo, dentro del área tras recibir de Domènech, golpeó el balón de primeras en busca del palo largo, pero Fomeyem, con el cuerpo, desvió un disparo con marchamo de gol.
Poco después se produjo un latigazo de Gallar desde fuera del área al que respondió el guardameta con un muy buen despeje arriba. Ese dominio inicial del conjunto de Pep Lluís Martí se diluyó entonces y el duelo pasó a estar muy equilibrado. El duelo entró en una fase de centrocampismo en la que generar peligro era prácticamente una utopía.
Parecía difícil que alguno de los dos contendientes desnivelara la balanza antes del descanso. Sólo una acción aislada o a balón parado. Y así fue. Los malagueños, sin comerlo ni beberlo, se pusieron por delante en el marcador con un golpe de fortuna. Chema Núñez botó con la zurda una falta al área desde el costado derecho, la pelota se fue envenenando y Escassi, en su intento por despejar, peinó mal la pelota y la introdujo en su propia portería. Era el minuto 36 y el conjunto local se había puesto por delante en el marcador sin haber hecho méritos para ello.
De ahí al final del primer periodo no hubo nada especialmente reseñable. Lo único destacable fue la mala noticia de la lesión de Arturo en el último minuto. El jugador se hizo daño él solo y fue sustituido por José Naranjo durante un intermedio en el que Astals también dejó su sitio a Eugeni.
La segunda mitad arrancó con una UD Ibiza agresiva, dispuesta a buscar la igualada cuanto antes. Una internada de Javi Jiménez por la izquierda finalizó con un centro a Naranjo que abortó un defensa 'in extremis'. Acto seguido, Jesús Álvarez probó fortuna con un chut lejano que se marchó por encima del larguero. También Domènech buscó el empate con un disparo que atrapó sin problemas el portero tras tocar previamente en un defensor.
El equipo visitante había protagonizado tres aproximaciones en apenas 10 minutos. Sin embargo, el que vio puerta fue el Antequera en su primera llegada tras la reanudación. En el minuto 56, Juanmi Carrión recibió la pelota por parte de Chema Núñez y lanzó un zapatazo lejano que se coló junto al palo derecho de Ramón Juan. Golazo y jarro de agua fría para la Udé.
El propio Juanmi Carrió buscó el tercero dos minutos después en un doble disparo desde la frontal que desbarató la zaga ibicenca. Eugeni trató de meter a los suyos de nuevo en el partido con un obús lejano, pero el palo se interpuso en su objetivo.
La UD Ibiza se fue apagando con el paso del tiempo. El Antequera reforzó su medular con un par de sustituciones y Pep Lluís Martí introdujo un triple cambio a falta de poco más de un cuarto de hora para el final con la intención de darle otro aire a un cuadro pitiuso que no daba con la tecla. Pau Ferrer, Olabe y Lass entraron por Quique González, Jesús Álvarez y Lass.
Lo cierto es que el equipo celeste no mejoró hasta el punto de que apenas generó una ocasión de ahí al final del choque, en un lanzamiento con la derecha de Gallar que atajó el portero con facilidad. Así las cosas, la Udé hincó la rodilla una jornada más y ya van tres seguidas en Liga y cuatro si sumamos la eliminación copera, unos guarismos muy duros para un equipo hecho para ascender. La crisis es real y el estado de depresión se ha instalado definitivamente en una UD Ibiza que no levanta cabeza.