El San Pablo se tuvo que conformar este sábado con un empate –y gracias– contra el Marín Futsal (2-2) en su debut como local. El equipo ibicenco fue como el doctor Jekyll y míster Hyde, un conjunto con dos caras distintas que comenzó el partido exhibiendo una tremenda superioridad pero que acabó prácticamente pidiendo que sonara la bocina al final.
Las discípulas de Sergio Oruj brillaron con luz propia en la primera mitad gracias a una constante presión a tres cuartos que hizo que las gallegas fueran una marioneta en sus manos. Las visitantes no hallaban la forma de salir de su pista.
El disparo inicial de Carol al palo fue un espejismo porque el peso del partido lo llevaban las locales. Aunque Pao tuvo puntualmente que mostrar sus cualidades, lo cierto es que se mascaba el gol de las de Ca n’Escandell. Este llegó en el minuto nueve, en una bonita jugada trenzada por el San Pablo que finalizó Luci.
Kai y Fati tuvieron el segundo en sus zapatillas, pero marraron. Quien no lo hizo fue Isa a falta de menos de tres minutos para el descanso al rematar de primeras a la red un saque de esquina ejecutado por Fati. Fue el 2-0 con el que terminó este primer periodo.
La segunda mitad no se pareció en nada a la anterior. Las de Sergio Oruj se quedaron sin gasolina, fruto quizá de esa presión constante y de la falta de una mejor pretemporada. Pasó de dominador a dominado y Pao se erigió en el héroe de las suyas, con multitud de intervenciones, varias de mérito. Incluso despejó dos doble penaltis.
Sin embargo, ella no se bastó para sostener el marcador. Los errores individuales condenaron al San Pablo a la pérdida de un punto. Robertinha perdió la pelota donde no debía, al borde del área, por intentar salir con el balón jugado y eso supuso el 2-1 a falta de seis minutos. Cuatro más tarde, un mal pase de Haruna permitió una contra en la que la fortuna se alió también con un Marín que firmó el definitivo 2-2 casi sin querer.
Sergio Oruj probó a jugar de cinco en el último minuto, pero un nuevo fallo hizo que ni siquiera el San Pablo pudiera acercarse a la meta rival. Al final, las de Ca n’Escandell, visiblemente agotadas, rascaron un punto que, visto lo visto, no debe saber a poco.