El Sa Real Instalaciones Arévalo ya sabe lo que es ganar. El conjunto ibicenco se estrenó en la pista del Roser (61-64) en un partido muy duro y trabajado en el que supieron jugar sus cartas para poder regresar a la isla con la primera alegría de la temporada en la cuarta jornada.
El partido empezó con complicaciones. El equipo colegial llegó muy justo al polideportivo y apenas pudo calentar. Una vez el árbitro lanzó el balón al área, ya se vio que iba a ser un día de picar piedra. El marcador tras el primer cuarto reflejaba un pobre 11 a 12. Cada canasta costaba un mundo.
El segundo cuarto tuvo un poco más de ritmo, hubo más intercambio de canastas. Al descanso, los de Ángel Pascual habían conseguido aumentar la renta un puntito más (31-33). La igualdad seguía siendo prácticamente total.
Tras el paso por vestuarios, el partido siguió con el mismo paisaje de igualdad, pero los catalanes estaban un poquito mejor. Eso les permitió tomar la iniciativa en el marcador y llegar incluso a coger una pequeña renta de cuatro puntos (47-43), que frenó Jorge Rosa con un triple. Al final del cuarto, mandaba el Roser (51-50) y los colegiales tenían que elevar sus prestaciones si querían sacar algo positivo.
Lo hicieron, en el último cuarto ajustaron piezas y mejoraron en defensa. Los aros se volvieron a hacer pequeños para los dos equipos, pero ya dentro de los últimos cinco minutos era el Sa Real el que dominaba el marcador. Llegaron a tener una máxima de cinco puntos (56-61).
Todavía habría que sufrir, los errores desde el tiro libre dieron vida a Roser, pero finalmente no hubo que lamentar nada. La primera victoria llegó.