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El Barça agranda su leyenda

El once de Guardiola entra en los anales al saldar la asignatura pendiente del Mundial de clubes y atar su sexto título del año

Los jugadores del Barcelona con el trofeo que les acredita como ganadores del Mundial de clubes.

| Barcelona |

Estudiantes 1

Barcelona 2

ESTUDIANTES: Albil (); Rodríguez (), Cellay (), Desábato (), Ré (); Díaz (), Benítez (), Verón (), Braña (); Enzo Pérez () y Boselli ().

Cambios: Maxi Núñez () por Enzo Pérez, Sánchez () por Benítez y Rojo () por Ré.

BARCELONA: Valdés (); Alves (), Puyol (), Piqué (), Abidal (); Xavi (), Busquets (), Keita (); Messi (), Ibra () y Henry ().

Cambios: Jeffrén () por Henry, Pedro () por Keita y Touré Yaya () por Busquets.

Àrbitro: Benito Archundia, de México (). Mostró cartulina amarilla a Messi (min.23), Días (min.45+1), Clemente Rodríguez (min.58), Enzo Pérez (min.65), Henry (min.81), Desábato (min.93), Rojo (min.111), Valdés (min.118), Desábato (min.119).

Goles:

1-0, minuto 37, Boselli.

1-1, minuto 89, Pedro.

1-2, minuto 110, Messi.

El argentino Lionel Messi, el mejor jugador del mundo, dio el triunfo al Barcelona en la final del Mundial de Clubes al marcar con el pecho, en el minuto 110, el gol de la victoria (1-2) del conjunto catalán sobre el argentino Estudiantes de La Plata.

Tenía que ser él, Messi, quien estaba llamado a dar la estocada en el partido que debía decidir el campeón del mundo. Un gol suyo, con el pecho, con el escudo, en el minuto 110 rompió la igualdad del Estudiantes-Barca (1-2), para dar al equipo azulgrana un trofeo que se le resistía.

Como en Wembley, cuando el Barca se proclamó campeón de Europa en 1992, el conjunto azulgrana se adentró peligrosamente en la prórroga, de donde volvió a salir campeón. Esta vez ante un auténtico Estudiantes, ya ganador en 1968, y que estuvo a punto de agarrar el segundo trofeo intercontinental. Pero se le escapó por un minuto, después de que Pedro Rodríguez, en el 89, empatase el partido.

El equipo de Guardiola lo intentó hasta el último suspiro y tuvo oportunidades de empatar en más de una ocasión, y a punto estuvo de esfumarse el sexto título del año (Liga, Copa del Rey, Liga de Campeones y las Supercopas de Europa y España), de no ser primer por el pequeño Pedro y después por el 'crack' de los 'crakcs', Lionel Messi. Estudiantes se apuntó en la libreta de deberes que el Barcelona flaqueaba en los balones largos y altos, y lo probó a las primeras de cambio para tantear al adversario. Cada vez que el balón caía bajo el control de la medular argentina, Enzo Pérez y Mauro Boselli se disponían a recibir en largo para dar el primer susto. Piqué y Puyol, en el eje de la defensa azulgrana, debieron ajustar mucho sus movimientos para controlar este tipo de acciones.

Sin embargo, por donde pudo llegar el gol argentino fue en un pase raso en el que Verón habilitó a Pérez, quien no tuvo el punto de velocidad para llegar antes que Vícor Valdés, que abortó con una salida certera el que podría haber sido el primer tanto del partido.

El Barcelona no estaba cómodo. Igual que contra el Atlante, los de Guardiola tenían problemas en todas las líneas, ya que el centro del campo, ni tenía espacios ni recibía con comodidad. Messi se movió a la zona ancha para añadir mimbres con los que asociarse con Xavi y Busquets, y abandonó la banda derecha para Alves, que atacó en algunas acciones pero en solitario.

La pelota quedó atrapada en el centro del campo durante una larga fase del partido, en la que apenas una acción decidida puso el balón en el área de alguno de los dos equipos, hasta llegado el minuto 26 en el que Verón resolvió con un disparo cruzado tras un córner. Seis minutos después se produjo una acción crítica en el área de Estudiantes, cuando Albil tocó la pierna de Xavi y lo derribó, cuando éste intentaba regatearlo, mientras que el colegiado señaló saque de portería.

Estudiantes no le perdió el pulso al partido ni tampoco olvidó la idea con la que podía dar un golpe letal al Barcelona; el balón largo a Boselli o Pérez, y que cayese una segunda acción a uno de estos para iniciar un ataque desde la frontal. No debió esperar mucho el Estudiantes para abrir el tanteador con un centro, cuando Mauro Boselli se coló entre Carles Puyol y Abidal para meter la cabeza y enviar el balón al fondo de las mallas (1-0).

En el segundo tiempo, Guardiola volvió a echar mano del banquillo y puso al siempre combativo Pedro Rodríguez en el campo en lugar de Keita, con el fin de fijar las bandas con dos jugadores, y que Ibra y Messi entrasen desde atrás, sin ubicar a un jugador como delantero centro.

A los dos minutos, un robo de balón acabó con una acción directa de Messi a Ibrahimovic, quien no se lo pensó dos veces tras un buen control pero en su fuerte disparo no colocó la pelota entre los tres palos. Ibra nuevamente se marcó una jugada de potencia pero se topó con una precisa salida de Albil que llegó a tiempo. El acoso del Barcelona empezó a ser mayúsculo y entonces sí que Estudiantes se replanteó el partido. En los últimos minutos, Estudiantes se vio desbordado hasta que llegó el gol de Pedro Rodríguez (1-1), que envió de cabeza por encima del meta, provocando el delirio en el campo en el minuto 89.

El partido llegó a la prórroga y en ella aparecía un Barça algo más entero frente a un Estudiantes aturdido por el gol encajado y bastante fatigado. Messi, en la primera que pudo encarar, dejó sentando a más de un rival pero su disparo no encontró la meta, como Ibra. No fue hasta el segundo cuarto de hora cuando el Barça puso la directa y de un centro preciso de Alves, Messi puso el pecho para acompañar la pelota al fondo de las mallas y establecer el 1-2 y, en definitiva, propiciar que el Barça lograse por primera vez el Mundial de Clubes y provocar las lágrimas en el rostro de Josep Guardiola, el creador del 'Barca de las Seis Copas'.

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