La selección española de hockey patines sigue prolongando su largo ciclo triunfal y la pasada madrugada conquistó su cuarto Mundial consecutivo, en esta ocasión con todo en contra frente a la selección argentina, anfitriona en San Juan de una final que acabó perdiendo por 5-4.
Con ese triunfo, España suma su cuarto Mundial sucesivo y el decimoquinto de su historia, llegando a lo más alto del palmarés planetario al empatar con Portugal, a pesar de que en esta ocasión las condiciones eran las más adversas posibles, en territorio rival y ante más de 8.000 hinchas entregados a la albiceleste.
El partido fue duro, pero al final España impuso su saber estar en la pista y su saber ganar finales para llevarse el encuentro por 5-4. Con éste título, España suma su 49ª victoria consecutiva, y Feriche sigue con un casillero impecable en su palmarés: siete finales ganadas de siete campeonatos posibles. Gil y Trabal se convierten en los únicos españoles en haber ganado cinco mundiales en su carrera
España hizo lo más difícil, conseguir acallar el Aldo Cantoni de entrada. A los pocos minutos, Ordeig ponía por delante a España, y más tarde Torra remataba en el segundo palo una bola franca para poner el 2-0 en el marcador. Argentina empezó entonces a poner a prueba a Trabal, que una vez tras otra abortaba los taques rivales.
Con los dos goles en el marcador, España buscó apurar las posesiones, y aunque pudo mandar una bola al larguero, la intensidad argentina permitió que Páez recortara distancias. El partido era un correcalles, pero la mínima distancia ya no se movió del marcador.
En la reanudación, Bargalló se inventó una maravilla para situar el 4-2 en el marcador, pero Alvarez recortó al instante devolviendo la mínima diferencia al marcador y Páez mandó una bola al larguero. En ese instante, el equipo español reaccionó por medio de Panadero y Gil, que anotaban sendos goles para romper el partido.
España se dedicó a alargar sus posesiones, mientras que Argentina atacaba con mas corazón que cabeza, hasta que Alvarez transformó en el rebote una falta directa. Los dos goles de margen aguantaron hasta el último minuto, cuando un penalti transformado por Emanuel García puso emoción al último medio minuto, pero no hizo peligrar el triunfo español.