El fútbol francés no está acostumbrado a acoger estrellas mundiales y el rumor de la posible llegada al París Saint-Germain de David Beckham, de 36 años y con un salario de 800.000 euros mensuales ha provocado un escándalo en el país.
El sueldo, apoyado en los petrodólares de los propietarios cataríes de la entidad, ha provocado similares reacciones que las que levantó a principio de temporada los 43 millones de euros que el PSG pagó por el traspaso del argentino Javier Pastore.
«Me sorprende que alguien pueda ganar tanto dinero», aseguró hoy el ministro de Relaciones con el Parlamento, Patrick Ollier, que abrió una ronda de reacciones en el mundo de la política.
«En un periodo de crisis, los franceses no van a entender ese salario», aseguró el diputado Bruno Le Roux, portavoz del candidato socialista a la presidencia del país, François Hollande.
Las informaciones periodísticas que confirman la llegada del inglés al PSG a principios del año próximo han reabierto el debate sobre la obligatoriedad de limitar los salarios de los futbolistas.
Una polémica que enfrenta a políticos de izquierda con los dirigentes deportivos, que consideran que la ley no debe servir para limitar la capacidad de los clubes franceses frente a los de otros países europeos.
Si se confirman las informaciones adelantadas por la prensa, el salario de Beckham será el más elevado del fútbol francés y dejará por los suelos los 500.000 euros que cobra cada mes el lionés Yohann Gourcuff.
Y eso no es todo, porque el inglés se embolsará parte de los derechos de imagen y de venta de material, lo que puede elevar sus ingresos totales a 17 millones de euros en los 18 meses en los que estará ligado al PSG.
Los políticos también se han permitido poner en duda la pertinencia deportiva de la llegada del ex jugador del Real Madrid.
«A mi me gustan los futbolistas que juegan y que tienen talento. Los que ya no juegan y dudo que conserven talento, son sólo marcas. Eso me parece un escándalo», afirmó el parlamentario Manuel Valls, otro de los portavoces de Hollande.
El diputado hizo referencia también a otro aspecto polémico que acompaña la llegada de Beckham, su carácter de jugador «glamour» fuera de los terrenos de juego.
Todos esos aspectos, que tanto escándalo han provocado entre un sector de la clase política, son secundarios para el mundo del fútbol.
El entrenador del Olympique de Marsella, Didier Deschamps, consideró que sus emolumentos «van en la línea de los tiempos» y defendió la valía futbolística del inglés «pese a su edad».
Luis Fernández, por su parte, le auguró un gran rendimiento deportivo: «Con el nivel que tiene la liga francesa, hasta jugando con una pierna mostrará su calidad».
El ex técnico del Athletic de Bilbao destacó el «profesionalismo» de Beckham en cada club en el que ha militado y consideró que el dinero «no será un problema para los cataríes».
Lo que pocos dudan es que la llegada de Beckham será una buena operación de promoción de la liga francesa, un tanto carente en los últimos años de promoción internacional.