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Cristiano reanima al Real Madrid

El defensa del Real Valladolid Jesús Rueda (i) con el balón ante el delantero del Real Madrid, el portugués Cristiano Ronaldo. | Efe

| Madrid, España |

Real Madrid 4 - 3 Valladolid

Real Madrid: Diego López; Nacho, Pepe, Carvalho, Coentrao; Khedira, Modric; Di María (Xabi Alonso, m.67), Kaká (Özil, m.67), Cristiano Ronaldo; y Benzema (Higuaín, m.71).

Real Valladolid: Jaime; Rukavina, Rueda, Valiente, Balenziaga; Ebert, Rubio (Sastre, m.71), Víctor Pérez, Omar (Bueno, m.54); Óscar y Javi Guerra (Manucho, m.80).

Goles: 0-1, m.8: Oscar. 1-1, m.26: Valiente en propia puerta. 2-1, m.32: Cristiano. 2-2, m.35: Javi Guerra. 3-2, m.49: Kaká. 4-2, m.70: Cristiano. 4-3, m.87: Sastre.

Árbitro: Fernández Borbalán (Comité Andaluz). Amonestó a Khedira (44) por el Real Madrid; y a Omar (38), Víctor Pérez (64) y Sastre (90) por el Real Valladolid.


El espíritu de Cristiano Ronaldo, siempre luchador y hambriento de goles, reanimó al Real Madrid, aturdido aún por la eliminación de Liga de Campeones ante el Borussia Dortmund, ante un valiente Real Valladolid, que sin nada que perder luchó hasta el final por puntuar en el Santiago Bernabéu (4-3).

El comportamiento de José Mourinho en rueda de prensa va a hacer largo el final de temporada para el Real Madrid. Después de señalar a jugadores como Iker Casillas y tras la tercera eliminación europea en semifinales consecutiva, la voz se trasladaba a la afición madridista. Juzgó al técnico portugués con silbidos generalizados. Mostrando el desencanto en lo que toma forma como final de época.

Mourinho se irá señalando, sin asumir culpas ni errores. Y ante la imposibilidad de arremeter contra el presidente, la tomará con jugadores. El Bernabéu le volvió a demostrar que está con Casillas. Con el capitán suplente la ovación mayor de la tarde fue cuando se le nombró en megafonía. Segundos después llegó el rechace a un entrenador que no asomó la cabeza del banquillo.

El Real Madrid superó la 'resaca' tras una noche con tintes de magia el pasado martes. Sin fútbol de brillantez pero con goles. Intentó recuperar autoestima para afrontar una final de Copa del Rey que se acerca. Mourinho ya mide esfuerzos para que sus hombres importantes lleguen bien al 17 de mayo y su equipo lo acusa.

Hay propuestas futbolísticas que merecen seguir en Primera. La de Miroslav Djukic en el Valladolid es una de ellas. Un escenario como el Bernabéu no intimida y salió a jugar, a mirar a los ojos a todo un Real Madrid. A los ocho minutos su valentía tenía premio. Un error compartido entre Di María, que centró blando hacia atrás, y Carvalho, que se durmió, lo aprovechó Óscar. Robó la cartera y se plantó solo ante Diego López para superarle con un disparo raso.

El Real Madrid estaba aturdido y tardó en reaccionar. Hasta el minuto 25 no comenzó a probar a Jaime, que tuvo un tarde notable pese a los cuatro goles encajados. La primera parada la dejó a un chut de Kaká. Precedió el tanto del empate. Aliado el equipo de Pucela con la mala suerte cuando Marc Valiente desvió a su portería un disparo de Di María.

El partido sólo tuvo intensidad ofensiva. Ninguno de los dos equipos se aplicaba en defensa y las ocasiones empezaron a sucederse. Cristiano, con ganas, comenzó a probar suerte hasta que encontró el gol. Jaime dejó la parada del partido a un cabezazo potente de Pepe a bocajarro, pero vio pasar el balón a su portería cuando el tercer intento de centro consecutivo de Di María desde el costado derecho lo desvió con la testa Cristiano. Su gol 32 en Liga, en el minuto 32.

El Real Madrid ya había dado la vuelta al partido pero el Valladolid no reculó. Llegó a empatar el partido, en una jugada de Omar que remachó a placer Javi Guerra. Y hasta pudo adelantarse si Valenziaga no hubiese chutado arriba un derechazo ante Diego López.

El primer acto lo cerró Cristiano con un quejido al cielo. Su falta, perfecta en potencia y colocación, la repelió con violencia la cruceta. Nada cambió en la reanudación. En un ritmo bajo de juego se fue imponiendo la superior calidad madridista, con Modric en momentos de brillantez en la construcción.

Ensanchó su triunfo cuando el Real Valladolid, con el objetivo de la temporada en sus manos, dejó de disfrutar sobre el campo porque sus fuerzas se rebajaron. Ebert se desesperó en sus intentos de tirar de su equipo que acabó cediendo. Kaká volvió a adelantar al Real Madrid con un zurdazo que encontró la colaboración de Jaime, mal posicionado para despejar el esférico.

No cesó de tener trabajo el portero del Valladolid. Respondió a Modric y Benzema, vio como Cristiano remataba con la cabeza arriba una brillante acción de Coentrao, pero como no fallaba en un córner milimétrico de Özil. Era el broche a una tarde difícil para el madridismo que aún digiere una nueva decepción europea y comienza a ilusionarse con la final de Copa del Rey. El del Valladolid lo puso un golazo de Sastre, con una volea desde fuera del área, que resucitó a su equipo en los últimos compases y puso emoción al final.

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