El joven croata Borna Coric ganó al español Rafael Nadal, segundo favorito, por 6-2 y 7-6 (4), para protagonizar la gran sorpresa del torneo de Basilea, un ATP500 sobre superficie dura, y meterse en las semifinales.
Borna Coric (n.124 mundial), nacido en Zagreb, el 14 de noviembre de 1996, y con un corto historial que le ha visto brillar en los torneos juniors del Grand Slam (ganador Abierto Estados Unidos, semifinalista en el Abierto de Australia y Roland Garros, todo en 2013), justificó ser una de las jóvenes promesas del tenis.
Y lo hizo ante un Nadal, exnúmero uno mundial, ganador de 64 títulos en su carrera (14 del Grand Slam), pero al que los problemas físicos, especialmente una apendicitis, le han descendido hasta el tercer puesto mundial y, sobre todo, a no sentirse cómodo sobre la pista.
A Nadal le costó entrar en el partido, prácticamente media hora. Tiempo que precisó Coric para sorprender a todos y situarse con un contundente 5-0 en el marcador, tras romper el saque del español en el primero, tercero y quinto juego.
Y eso que a Coric no le acompañaba el acierto con su primer saque, como evidencia un porcentaje que pululaba en el 23 por ciento de bolas que puso en juego, para cerrar la primera manga con un más que discreto 39 por ciento. Pero el croata dominaba sobre la pista a un Nadal estático y excesivamente fallón.
El español se encontraba incómodo ante un rival que no sólo le aguantaba el peloteo, sino que se lo ganaba en la mayor parte de las ocasiones. Y que, además, ponía una mayor ambición, mejores golpes y castigaba un revés de Nadal que no funcionaba.
No fue hasta el sexto cuando Nadal anotó su primer juego, además sobre saque de su adversario. Habían transcurridos veintisiete minutos de partido. En el siguiente, el balear se hizo fácilmente con el propio en blanco, en lo que parecía presagiar un despertar de su letargo.
Lo fue en parte, pues en el octavo el joven croata se hizo con el primer set, por 6-2, en la tercera bola que tuvo para ello. Eso sí, lo curioso es que lo cerró justo gracias a su primer servicio, lo único que le había fallado hasta entonces. Nadal cedía una manga donde había cometido 19 errores no forzados y tan sólo un punto ganador, algo impensable para la gran calidad que atesora su tenis.
La segunda manga, en cambio, fue igualada. Nadal mejoró pero siguió sin ofrecer el gran tenis que tiene, salvo a cuenta gotas. Pero, al menos, le sirvió al español para mantenerse con esperanzas en el partido, manteniendo su saque (sólo cedió una bola de rotura y la salvó) y metiendo algo de presión a Coric.
Pero el croata, que también mejoró notablemente su primer servicio (4 puntos directos y un 54 por ciento), mantuvo su descaro y en nada acusó la presión de un jugador al que, además, admira. Sólo en una oportunidad tuvo Nadal la poder romper el saque de su rival (octavo juego); por lo que la segunda manga dictó su sentencia en el decisivo decimotercer juego.
Se mantuvo también la igualdad hasta el 4 a 4. Pero ahí acabaron las esperanzas de Nadal, que vio como Coric se hacía con los tres siguientes puntos, con lo que se llevaba el set y el partido.
Coric, que había entrado en el cuadro grande con un plaza de invitación y había dejado en la cuneta en este torneo a Ernets Gulbis, sexto favorito, y Andrey Golubev, ponía la guinda a su gran actuación batiendo a Nadal y plantándose en las semifinales sin ceder set alguno.
En semifinales le espera el belga David Goffin, séptimo favorito, que previamente se había impuesto a «bombardero» canadiense Milos Raonic, cuarto cabeza de serie, por 6-7 (3), 6-3 y 6-4.
También ha accedido a semifinales el croata Ivo Karlovic, octavo favorito, que derrotó al alemán Benjamin Becker, por un doble 6-4. Se medirá al ganador del duelo nocturno entre el suizo Roger Federer (n.2 mundial) y el búlgaro Grigor Dimitrov, quinto cabeza de serie.
A Nadal, que horas antes se había anunciado su renuncia al Másters 1.000 de París-Bercy por «razones personales», le espera ahora dilucidar si, por fin, se opera o no de apendicitis antes del torneo de Maestros de Londres.