El presidente del Fútbol Club Barcelona, Josep María Bartomeu, ha asegurado ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz que no intervino en la «negociación» del fichaje de Neymar ni en la «configuración» de los contratos con los que se cerró la operación, ya que el «liderazgo» de todas las conversaciones lo asumió su antecesor, Sandro Rosell, informaron fuentes jurídicas presentes en su declaración.
Bartomeu, que ha declarado durante más de tres horas como imputado en la causa en la que se investiga la compra del futbolista brasileño, ha atribuido a los asesores fiscales del club la decisión de imputar al ejercicio de 2014 un pago de cinco millones de euros a la sociedad del padre de Neymar.
«Yo les di la instrucción de que trabajasen con riesgo cero, que lo arreglaran y que pagaran», ha señalado el presidente culé antes de añadir, según las citadas fuentes, que el club pagó en febrero de 2014 un total de 13,5 millones de euros para regularizar su situación. «Y creo que hemos pagado de más», ha añadido.
Según la Fiscalía de la Audiencia Nacional, este pago -que formaba parte de la indemnización de 40 millones de euros que el Barça pagó al padre del futbolista para adelantar a 2013 la incorporación de Neymar- sería constitutivo de un delito fiscal por un fraude a la Hacienda Pública de 2,8 millones de euros, ya que se debería haber tributado al 52 por ciento por tratarse de una renta del trabajo imputable a un residente en España.
El presidente del club, sin embargo, ha defendido en su declaración que la tributación debería imputarse al momento de «exigibilidad» del pago, que se habría producido en el ejercicio de 2013, cuando Neymar todavía vivía en Brasil y debía tributar al 24,75 por ciento por ser una renta recibida por un no residente.
Bartomeu, que ha explicado que únicamente firmó los contratos «deportivos» porque ocupaba una de las vicepresidencias con Rosell, ha negado, como sostiene la Fiscalía, que los contratos que el Barça firmó con la sociedad N&N fueran una tapadera para engordar el fichaje del brasileño.
«La empresa de Neymar no era una entelequia, en ella trabajaban entre 30 y 40 personas y tenía un edificio de cuatro plantas», ha explicado el presidente del Barça en su declaración, según fuentes jurídicas presentes en su comparecencia.
En esta misma línea, ha asegurado que durante estos años el club ha recibido «múltiples» informes sobre el ojeo de jugadores y que después del Mundial recibió un millón de dólares por una campaña publicitaria de Neymar con la equipación culé para un desodorante para los pies.
Antes de la declaración de Bartomeu estaba citado un representante legal del club, al que también se imputa el delito fiscal de 2014. Ruz, no obstante, advirtió al Barça de que no podía comparecer su director financiero, Néstor Amela, que ya compareció el pasado 22 de julio con la condición de testigo. La Ley de Enjuiciamiento Criminal impide que una persona tenga el estatus de testigo e imputado en el mismo procedimiento.
El abogado del club, Cristóbal Martell, se ha dado por enterado de la diligencia ordenada por el juez y ha anunciado que la entidad nombrará en breve un nuevo representante.
Las cifras del fraude
El fraude imputado al Barça y a Bartomeu se suma a otros 2,4 millones de euros que el club habría dejado de abonar en 2011 y a 6,9 millones correspondientes al ejercicio de 2013. Por este motivo están imputados el expresidente del Barça Sandro Rosell, al que se imputan un delito societario y dos fiscales, y el propio club como persona jurídica por los mismos delitos contra la Hacienda Pública.
El fichaje de Neymar costó, según la Fiscalía de la Audiencia Nacional, un total de 94,8 millones de euros (82,7 millones por el traspaso y 12,1 millones en impuestos). Rosell, sin embargo, cifró la operación en 57,1 millones.
Según el Ministerio Público, Rosell ocultó las cifras reales del fichaje de Neymar para asegurarse el fichaje del futbolista, que tenía contrato con el Santos hasta 2014, y adelantarlo a 2013. El expresidente culé había llegado a un acuerdo en 2011 con la empresa del padre de Neymar, propietaria de sus derechos desde 2014, para adquirir la propiedad del futbolista y otro que se denominó «de préstamo» por el que se adelantaba una remuneración al jugador de diez millones de euros. Por este pago debería haber pagado a Hacienda 2,4 millones de euros.
En 2013, «y ante las perspectivas de que Neymar Jr. no asumiera el compromiso pactado», Rosell buscó un acuerdo con el Santos para adquirir sus derechos federativos, lo que tuvo un coste de 17,1 millones de euros.
Sin embargo, firmó con el club brasileño otros tres contratos: 7,9 millones por un convenio de colaboración con el fútbol base, 4,5 millones como contrapartida de un partido amistoso que no se ha celebrado y la participación del Santos en el Trofeo Joan Gamper. Además, Rosell y Bartomeu enviaron una carta el 31 de mayo de 2013 al presidente del Santos en la que se comprometían a abonar otros 2 millones si Neymar era elegido entre los tres finalistas al Balón de Oro.
Siete contratos
A estos contratos se sumaron otros siete con Neymar y las sociedades de su padre, por los que se rescindieron los dos acuerdos suscritos en 2011 y se añadieron otros cinco: 8,5 millones como contrato de trabajo; 1,5 millones en concepto de imagen, 649.985 euros en gastos de representación y gestión del agente del futbolista (su padre, que se llevó un 5 por ciento de todos los contratos); 2 millones por el seguimiento de jugadores (400.000 euros durante cinco años) y 4 millones por labores de «agencia» (contratos de publicidad con empresas brasileñas por el que se abonaron dos pagos de 602.000 y 198.000 euros en 2013).
La investigación contra Rosell y el Barça podría solventarse a través de una sentencia de conformidad, una vez que los acusados reconozcan los delitos que se les imputan y admitan la pena solicitada por la Fiscalía, lo que evitaría la celebración del juicio oral, según señalaron fuentes fiscales.
El pasado 23 de febrero la Junta Directiva del Barça acordó por unanimidad presentar una declaración complementaria a Hacienda por la que pagaba 13.550.830,56 euros, a fin de «saldar cualquier posible deuda» derivada de esta operación.
El titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 investiga el fichaje de Neymar desde el 22 de enero de 2014, día en el que admitió a trámite una querella presentada por el socio del Barça Jordi Cases contra el entonces presidente de la entidad Sandro Rosell, quien se vio obligado a presentar su dimisión un día después.