Real Madrid 2 - Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Varane, Nacho Fernández, Marcelo; Kroos, Illarramendi (Lucas Silva, m.71), Isco (Carvajal, m.81); Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema (Jesé, m.86).
Deportivo: Fabricio; Laure, Manuel Pablo, Lopo, Luisinho; Álex Bergantiños, Borges (Juan Domínguez, m.84), Cuenca, Lucas Pérez (Medunjanin, m.80), Cavaleiro; y Oriol Riera (Helder Costa, m.65).
Goles: 1-0, m.23: Isco. 2-0, m.72: Benzema.
Árbitro: Estrada Fenández (colegio catalán). Amonestó a Nacho (48) y Arbeloa (78) por el Real Madrid; y a Lopo (84) y Laure (89) por el Deportivo.
Isco Alarcón alumbró a un Real Madrid aturdido y bajo de confianza tras el varapalo del derbi ante el Atlético, y le guió a un triunfo ante un Deportivo serio que vio de cerca puntuar por momentos, en un ambiente tenso en el Santiago Bernabéu, con Cristiano Ronaldo cabizbajo y alejado de su nivel.
El juicio en el Bernabéu dejaba un clima difícil para jugar tras una semana en la que la goleada en el derbi del Calderón y la fiesta posterior de Cristiano Ronaldo provocó que se hablase de todo menos fútbol. La afición madridista acudió con la intención de pasar facturas y señaló a Carlo Ancelotti e Iker Casillas.
No hubo reproches para Cristiano, a quien se le puede señalar un error pero en la vida acusar de falta de compromiso. Así lo entendió el madridismo que presenta un sector que ya no pasa una a su capitán, con una herida que jamás cicatrizará. El primer tanto del Atlético, en el que Iker considera que no falló, le dejó nuevamente señalado, silbado en un encuentro en el que ni alguna parada salvadora cambió el rumbo. El atasco de Ancelotti ante el 'Cholo' Simeone también le pasó factura.
Se mascaron los nervios en un arranque que marcaría la tarde. Si el duelo ante el Deportivo comenzaba bien llegarían los aplausos. En caso contrario sería complicado brillar entre silbidos. La obligación a reaccionar, llevo al Real Madrid a salir con fe y adueñarse del balón. Bale desequilibró desde el inicio, siempre superior al marcaje de Luisinho.
Esa superioridad inicial no la plasmó en ocasiones un Real Madrid falto de autoestima. Provoca que con poco el rival pueda dañarle. Y lo sintió el Deportivo, que había salido a aguantar el chaparrón y de golpe se vio con licencia para tocar en zona de peligro. No lo pensó y chutó. Lo intentó Oriol Riera, desviado. Cuenca inventó una pared con Lucas Pérez que acabó con un disparo que sacó bien Casillas. Cavaleiro y Cuenca buscaban las cosquillas a Marcelo y Arbeloa, y de un rechace en la frontal del área, Borges buscó la escuadra y provocó el enfado de la grada con sus jugadores.
El respetable pedía más esfuerzo con su cántico pero lo que faltaba era criterio en la construcción. Tuvo que aparecer Isco para conectar con el tridente ofensivo, en el que estaba Cristiano rumiando su ansiedad por volver a brillar. Lucas Pérez tuvo el último intento de un Depor que se fue evaporando. Disparó a las manos de Casillas antes de que la madera se aliase por primera vez con Fabricio.
Bale estuvo más generoso que nunca, consciente de la necesidad de goles de Cristiano. Lo buscó siempre que desbordó con su elegante carrera. Dos amagos de Cristiano y zurdazo al travesaño. Era el minuto 12 y el Real Madrid comenzaba a mostrar su pegada. Seis minutos después fue Bale el que vio como su potente disparo lo repelía de nuevo la madera. Con poco el Deportivo se tambaleaba.
Se mascaba el gol, con Benzema rondándolo sin acierto, rematando contra Laure con todo a favor y en la siguiente jugada a Lopo. Al tercer intento buscó asistir a Cristiano que en boca de gol no llegó por milímetros y vio como el balón caía a Isco que ya había desenfundado el arma de francotirador para ajustar su mirilla. Control de balón, cuerpo colocado para ajustar su disparo al poste contrario y golazo.
Necesitaba brillar Cristiano, con gestos de ansiedad en una falta lateral que chutó a puerta en vez de centrar, en un testarazo arriba y en la amarga queja de una jugada en la que fue derribado dentro del área y el árbitro no señaló penalti. Sumada a alguna decisión más que no entendió la afición, provocaron que los silbidos dedicados a Casillas se desviasen al colegiado.
Se esperaba goleada en la reanudación y el inicio del segundo acto dejó a todos estupefactos. El Deportivo dominó y sacó a relucir problemas de un Real Madrid partido, con cuatro atacando sin sacrificio defensivo de Bale, Cristiano ni Benzema, Isco corriendo por todos y el resto defendiendo la reacción blanquiazul.
Pudo empatar el equipo de Víctor Fernández pero esta vez el poste se alió con el Real Madrid. El costarricense Borges chutó un balón llovido tras un córner que encendió las alarmas del coliseo blanco, porque segundos después Casillas voló para salvar un testarazo de Oriol Riera y Lucas vio como enganchaba en el segundo poste un zurdazo que cortaba Lopo cuando se dirigía con peligrosidad al arco.
El Real Madrid no carburaba, en las antípodas de aquella imagen imponente que le condujo a un récord histórico. En Riazor justo comenzó su racha de 22 triunfos endosando ocho al Depor. Hoy añoraba a jugadores como James o Modric, futbolistas que dan ritmo e impiden que ataquen solo tres y el resto miren mientras toman aire. A expensas totalmente de sus individualidades.
Cristiano chutó a las nubes una falta desde la frontal, Benzema escorado a manos de Fabricio y el francés puso la sentencia tras asistencia de Cristiano, definiendo con calidad ante la salida desesperada del portero gallego. Balón picado a la red como castigo al buen segundo tiempo del Deportivo.
Apenas dejó más un líder que atraviesa por un momento bajo y que no tuvo la reacción de fuerza esperada. El debut del brasileño Lucas Silva, fuera de su verdadera posición cuando su entrada pudo liberar a Kroos, y una falta de Bale que sacó de puños Fabricio mientras Cristiano realizaba el último intento sin encontrar portería y golpeando con rabia al césped entre la desesperación. Imagen de un Real Madrid que debe recuperar autoestima.