Roselyne Bachelot, la exministra francesa de Deportes que afirmó a comienzos de semana que el tenista español Rafael Nadal se había dopado, se reafirmó este viernes en sus declaraciones, que se basan en comentarios a su juicio ampliamente extendidos en el mundo del tenis y en la prensa.
En una declaración a «Ouest France» publicada en la página web del diario francés, Bachelot dijo sentirse «halagada» por el interés que ha mostrado Nadal por sus palabras, en alusión a las reacciones del tenista, en las que insiste en que no ha recurrido al dopaje, y manifestó su hartazgo con ese tipo de insinuaciones.
Pero sobre todo, la política conservadora francesa puntualizó que en su polémica disgresión sobre el deportista español «simplemente (se hizo) eco de comentarios muy extendidos que se hacen en el mundo del tenis y en la prensa».
En concreto -precisó- «periódicos como 'Le Monde' o 'L'Equipe', dirigentes como Yannick Noah lo han acusado de dopaje. Hay jugadores que han denunciado esas prácticas que se utilizan ampliamente y el jugador austríaco Köllerer (y otros) declaraba: 'es imposible que Nadal y Ferrer no se hayan dopado».
«No me parece que esas declaraciones hayan causado tanta emoción», sugirió con ironía.
Se refería así a su propia intervención en el canal «D8», donde a comienzos de semana había explicado: «se sabe que la famosa lesión de Rafael Nadal, cuando estuvo parado siete meses, se debe en realidad a un control positivo».
Bachelot lo había afirmado cuando en el programa se discutía del anuncio el lunes de la tenista rusa María Sharapova de que había dado positivo el pasado enero durante el Abierto de Australia en el que fue finalista, por Meldonium, un fármaco recomendado para combatir la insuficiencia cardiovascular.
«Cuando ves a un jugador de tenis que para durante varios meses -había indicado la exministra de Deportes y Sanidad en el Gobierno del conservador Nicolas Sarkozy-, es que ha sido encontrado positivo. No siempre, pero muy a menudo».
En su declaración de hoy a «Ouest France», añadió que «más allá del caso particular (de Sharapova o de Nadal), ahora está demostrado que las suspensiones o los parones en una carrera -que se justifican por razones de salud- han servido para ocultar controles antidopaje positivos por acuerdo entre los jugadores, su entorno y las autoridades del tenis».
«Esperemos -concluyó- que las declaraciones de Sharapova abran una nueva etapa marcada por la transparencia en un deporte magnífico pero en el que el dinero que está en juego ha estado en el origen de muchas tentaciones».