El tenista uzbeco Denis Istomin dio la gran sorpresa este jueves en el Abierto de Australia, primer 'Grand Slam' de la temporada, al eliminar al serbio y actual campeón, Novak Djokovic, en un trepidante partido decidido en cinco sets (7-6 (8), 5-7, 2-6, 7-6 (5), 6-4).
Casi cinco horas le costó a Istomin, 117 del mundo, lograr una de las mejores victorias de su carrera deportiva frustrando al seis veces ganador en Melbourne Park, apeado mucho antes de lo previsto tras un encuentro donde se topó con la resistencia de un rival inspirado y que ahora se medirá al español Pablo Carreño.
De este modo, 'Nole' vive una situación extraña en mucho tiempo ya que no caía tan pronto en un 'grande' desde que perdiese en la segunda ronda de Wimbledon de 2008 ante el ruso Marat Safin. El año pasado se despidió de All England Tennis Club en tercera ante el estadounidense Sam Querrey y en Melbourne había accedido al menos a octavos de final desde 2007.
Pero todo se acabó en la Rod Laver Arena este jueves. El de Belgrado estuvo mucho más errático de lo que en él es habitual y sus 68 ganadores se vieron empañados por 72 errores no forzados, aunque sobre todo estuvo lastrado por su mal día con el saque, con nueve dobles faltas.
Istomin, en cambio, estuvo a gran nivel, sobre todo con su 'drive', pero además supo mantener la calma en los momentos claves, principalmente en los 'tie-breaks' que decidieron el primer y el cuarto parcial a su favor, y en una quinta manga donde no ofreció ni un resquicio con su saque.
El uzbeco fue una amenaza desde el principio y aunque desperdició un 'break' de ventaja, se llevó el primer set en la 'muerte súbita' y tras levantar dos bolas de set. Djokovic reaccionó y se hizo con los dos siguientes, aunque en el segundo tuvo que salvar dos bolas de set con su servicio.
El serbio arrolló en el tercer parcial y parecía que encarrilaría su triunfo, pero el uzbeco no se vino abajo y aunque volvió a desperdiciar una rotura de ventaja en el cuarto, no desaprovechó su oportunidad en el 'tie-break'.
Quedaba por ver su resistencia a una quinta manga y pese a la tensión, blindó su servicio y esta vez sí aprovechó su 'break' para coger una ventaja que el número dos del mundo no pudo remontar.
El que no dio opciones a la sorpresa fue el canadiense Milos Raonic, tercer cabeza de serie, que se deshizo con más facilidad de la esperada de un rival incómodo como el luxemburgués Gilles Muller, al que batió por 6-3, 6-4, 7-6(4) con 21 'aces' y sin perder nunca su saque.