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Madrid

Busca y captura contra la madre que permitió que su hija comiera heces

| Madrid |

La Audiencia Provincial de Madrid ha dictado este martes una orden de busca y captura contra una acusada de nacionalidad rumana que presuntamente no habría impedido que su hija de 14 años comiera heces obligada por su padrastro después de que les denunciara por encerrarla varios días en una habitación.

Estaba previsto que Marius P. y Marcela P. se sentarán en el banquillo de los acusados por este por dos delitos de detención ilegal, un delito de malos tratos en el ámbito familiar y un delito contra la integridad moral.

Solo ha aparecido el hombre, quien habría pactado con el fiscal una reducción de la pena de 5 años a dos años de cárcel al reconocer los hechos que se le imputan. Al no aparecer la acusada, la Sala ha ordenado que se dicte una orden de busca y captura. El fiscal solicita para la mujer una pena de doce años y seis meses de prisión.

El fiscal detalla en su informe de calificación el acusado, el día 4 o 5 de diciembre de 2015, se valió de un hermano de la víctima para conseguir que ésta se subiera en un coche que conducía el padrastro de la víctima, donde fue introducida a la fuerza y contra su voluntad.

La joven, que ignoraba donde la conducían, fue llevada hasta el lugar donde se encontraba su madre, Marcela P., en la madrileña localidad de Getafe. Una vez allí, fue encerrada en su habitación con llave hasta que el 7 de diciembre la joven logró escapar y denunciar los hechos.

Detención ilegal

Meses después, el 14 de abril de 2016, la acusada, estando la víctima en el centro de acogida 'Torremocha del Jarama', en Torrelaguna, y habiendo contactado con ella a través de internet, quedó con ella en la citada localidad, en la parada de autobús sobre las diez de la mañana.

Una vez se hubieron reunido, fue obligada nuevamente a subirse al vehículo que conducía el acusado y fue conducida a un descampado contra su voluntad.

En dicho paraje, se bajaron todos del vehículo y la recriminaron que les hubiera denunciado por el anterior encierro. El acusado le dio una bofetada y una patada en la parte trasera, cayendo la muchacha sobre un charco.

Una vez en el suelo, sus agresores la obligaron a coger heces del suelo, haciéndoselas comer, mientras le decían: «¡No hables; coges la caca y te la comes!», todo ello en presencia de la madre de la menor, que no hizo nada para impedir la agresión.

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