El Real Madrid venció por 81-66 a un Barça maniatado por la defensa estajanovista de equipo blanco y que, privado de la anotación de Nikola Mirotic, fue quedándose sin argumentos conforme pasaron los minutos, según informó Efe. Imprecisos, fallones y tensos los dos equipos. Así fue el inicio del choque. El preludio de una batalla en la que cada posesión fue oro puro. Gabriel Deck abrió el grifo y Cory Higgins respondió con un triple. Sarunas Jasikevicus dio entrada a Dante Exum por Nigel Hayes con la intención de dotar a su equipo de más verticalidad en ataque y de más potencia en defensa, pero las dos tempranas faltas del australiano tiraron por tierra un poco los planes del técnico lituano.
El Real Madrid siguió apostando por una defensa espartana, con cambios en cada bloqueo y cuando mejor le funcionaron las cosas fue cuando apostó por la verticalidad y el juego directo. Mejor con Adam Hanga que con Sergio Llull. Cada pequeña ventaja fue inmediatamente enjugada por el rival. Nikola Mirotic apareció poco y Walter Tavares dominó como casi siempre. 21-16 al final del primer acto. En el segundo, los entrenadores siguieron con las rotaciones, pero estaba claro que el Real Madrid funcionaba pivotando sobre Deck, Hanga y Fabien Causeur en el perímetro, con Guerschon Yabusele y Tavares metiendo fuerza y centímetros atrás.
Jasikevicius intentó volver al plan inicial, pero Exum volvió a cometer falta a los escasos segundos de salir y Brandon Davies también cometió dos rápido. Unos buenos minutos de Kyle Kuric, la seguridad de Nick Calathes y algún fogonazo de un más errático de lo habitual Mirotic mantuvieron a los azulgranas en el marcador durante muchos minutos. Rudy Fernández y Jeff Taylor se sumaron a la causa madridista con buenos relevos, igual que Vincent Poirier y Alberto Abalde.
Un poco a tirones y sin continuidad en el juego, el Real Madrid se encontró con una decena de puntos de ventaja, 44-34 (min.19), para llegar al descanso con un 46-39. Con los rebotes igualados, 17-15 para el Real Madrid, y los triples, 4 para cada equipo, las pérdidas azulgranas (11) comenzaban a pesar sobre la 6 del anfitrión. Pero la lucha estuvo en defensa, donde no se escatimó esfuerzo alguno y donde cada bloqueo fue un muro, cada intento de penetración como cruzar un campo de minas y cada rebote una odisea. El paso por vestuarios no cambió las dinámicas de los dos equipos. El Real Madrid, muy asentado atrás y con buenos movimientos en ataque y el Barça, un poco desesperado, sobre todo su técnico, al no encontrar soluciones más allá de la efectividad Kuric, autor de los 5 primeros puntos de su equipo en la segunda parte, 55-44 (23.20).
El Real Madrid, tras alcanzar 13 puntos de renta, 55-42 (m.22.45), entró en una pequeña crisis de ideas en ataque, que fue aprovechada por el Barça para acercarse, 55-50 (m.25.30). Causeur y su 'gauche' volvieron a marcar diferencias con 4 puntos seguidos, 59-50, y Poirier machacó un fallo garrafal del rival para volver a la decena de puntos de ventaja, 61-50, ante un entregado público que casi llenó las gradas. El Barça subió líneas en defensa, pero un triple de Llull y otro matazo de Poirier llevaron el final del tercer acto a un importante 66-53. El inicio del último cuarto ahondó en las virtudes y defectos de unos y otros con un 6-0 de salida (m.33.15), 72-53, que encendió la euforia en el graderío. El Real Madrid decidió congelar el balón y los rebotes ofensivos y las pérdidas azulgranas le ayudaron en esa tarea. El Barça poco a poco fue bajando los brazos y el Real Madrid llegó a un plácido final que le pone 2-1 en la serie. A una victoria del título.
Ficha técnica:
81 - Real Madrid (21+25+20+15): Hanga (7), Causeur (13), Deck (14), Yabusele (9) y Tavares (10) -equipo inicial-, Núñez, Rudy Fernández (3), Abalde (2), Poirier (6), Llull (10), Ndiaye (2) y Taylor (5).
66 - Barça (16+23+14+13): Calathes (10), Higgins (3), Exum (5), Mirotic (9), Sanli -equipo inicial-, Davies (8), Sergi Martínez, Smits (5), Laprovittola (6), Abrines (3), Kuric (15) y Jokubaitis (2).
Árbitros: Carlos Peruga, Benjamín Jiménez y Alberto Sánchez. Sin eliminados.
Incidencias: Tercer partido de la final de la Liga Endesa de baloncesto disputado en el Palacio de los Deportes (WiZink Center) de Madrid ante 11.793 espectadores.