Septiembre ha sido un mes convulso para la selección española femenina de fútbol, envuelta desde finales de agosto en un tira y afloja con la RFEF y el seleccionador nacional, Jorge Vilda, que corre riesgo de acabar en ruptura si no se encuentra pronto una solución. Los comunicados emitidos por las 15 jugadoras que pidieron no ser convocadas, a las que se ha sumado Alexia Putellas, y el de la Federación en las últimas horas, tensan aún más las relaciones entre ambas partes.
En este mes, el fútbol femenino español ha acaparado portadas por motivos completamente ajenos a lo deportivo. Primero fueron los rumores que apuntaban a que las capitanas, Irene Paredes, Patri Guijarro y Jenni Hermoso, habían pedido el cese del técnico a la Federación, seguidas de sus declaraciones desmintiendo tal extremo y la consiguiente ratificación de la Federación al técnico.
Después, las palabras del propio Vilda mostrándose decepcionado por lo ocurrido y destacando sus ganas de continuar al frente de La Roja y agradeciendo el apoyo de la RFEF. La última piedra del muro que ha comenzado a separar a futbolistas, entrenador y Federación se puso a última hora de este jueves con el duro comunicado desde Las Rozas y la respuesta un día más tarde de las internacionales.
El origen
El escándalo que sacude al combinado nacional comenzó tras la prematura despedida de España en la Eurocopa de Inglaterra a manos de la anfitriona, cuando las jugadoras llegaron a Las Rozas para concentrarse para los partidos de clasificación para el Mundial de 2023 ante Hungría y Ucrania
La actuación de la selección en el torneo europeo y su derrota en la primera ronda de eliminación dejó en el seno del vestuario del combinado nacional la sensación de que el grupo de jugadoras no se había gestionado de la mejor manera posible para llevar a las futbolistas a competir por objetivos mayores, como levantar el torneo europeo, una meta factible, consideran, dada la calidad del equipo.
Apenas un mes después, cuando internacionales y técnico se veían las caras por primera vez desde la Eurocopa a finales de agosto, estallaba el vestuario de La Roja al hacerse pública la noticia de que las capitanas habían pedido al presidente de la Federación, Luis Rubiales, la destitución del entrenador, algo que también habían comunicado al seleccionador.
Las explicaciones de Paredes, Guijarro y Hermoso
La filtración de esta petición obligó a Paredes, Guijarro y Hermoso a salir al paso para acallar las informaciones que apuntaban que querían el cese del técnico, aunque reconocieron que sí se habían reunido con Vilda para transmitirle el "malestar general del vestuario", del que actuaron como portavoces al vestir el brazalete en el campo.
La respuesta de la RFEF, según explicó Paredes, había sido positiva, pues les habían asegurado que "se va a intentar cambiar la situación para mejorar la situación de la selección". En este sentido, la defensa del FC Barcelona, muy señalada como la cabecilla de la 'revuelta', subrayó la importancia de "ser valientes" para revertir el escenario y "decir las cosas aunque no sean agradables" para lograr el cambio.
Los motivos del "malestar" de la selección
Las razones que llevaron a las jugadoras a comunicarle a Vilda su descontento están relacionadas con los resultados y la gestión del grupo por parte del cuerpo técnico.
El combinado nacional no logró cumplir con las expectativas en la Eurocopa, a la que llegaba como una de las favoritas con varias de las mejores jugadoras del mundo entre sus filas, y las futbolistas consideraban que otra estrategia táctica podría haberles ayudado a competir mejor, según informó El País.
También la gestión de los minutos de las suplentes en el torneo fue otro punto de discrepancia, con una clara separación entre el once inicial y las jugadoras del banquillo, así como el nivel de los entrenamientos de las concentraciones nacionales.
Rubiales apoya públicamente a Vilda
Al mismo tiempo que la selección acaparaba toda la atención mediática, el presidente de la RFEF, Luis Rubiales, asistía al homenaje de la Federación a las campeonas del mundo en categoría sub-20, donde también estuvieron presentes Vilda y sus jugadoras.
En el acto, las internacionales escucharon las primeras palabras de apoyo desde el organismo al técnico de boca de Rubiales. "Estoy muy orgulloso de ser presidente de la RFEF. Hay que reconocer que se ha apostado por el femenino. Recuerdo una llamada de Vilda en plena pandemia para seguir invirtiendo en esta parcela. Y se hizo. Se tiene a los mejores entrenadores, los resultados llegan. Estoy seguro de que también llegará en la absoluta", señaló Rubiales para confirmar su apoyo al seleccionador.
Las palabras del técnico
Poco después llegó el turno de Vilda de pronunciarse al respecto. En la previa de los encuentros clasificatorios al Mundial, el entrenador explicó que se estaba viviendo "una situación rara" que le había dejado una "sensación de decepción" con sus jugadoras al considerar que "se han transgredido los códigos del deporte y del vestuario".
De igual forma, destacó su "rabia" porque "el fútbol femenino es foco por algo que no es exclusivamente el fútbol", así como "toda la fuerza y todas las ganas de seguir" al frente de la selección, subrayando el importante respaldo de "la Federación, el presidente y la junta directiva, que está con nosotros, está con el cuerpo técnico, y está conmigo, y eso también reconforta mucho".
La afición apoya a las jugadoras y pide la dimisión de Vilda
El primer encuentro para sellar su participación en Australia en 2023 midió a la selección ante Hungría en Madrid, donde la afición mostró su incondicional apoyo a las jugadoras y exigió a Vilda que dejase su cargo.
"¡Vilda, dimisión!", fue lo que se escuchó en las gradas de Las Rozas cuando a través de la megafonía se escuchó el nombre del técnico tras recitar las alineaciones y una vez concluida la primera mitad, cuando este hacía su camino hacia los vestuarios pasando junto al público.
Las jugadoras, sin embargo, fueron respaldadas por la afición, sobre todo la capitana, Irene Paredes, cuyo nombre se coreó antes del inicio del partido cuando se confirmó que comenzaría el encuentro en el once titular y tras anotar el segundo tanto de España con un cabezazo imperial.
El combinado nacional también cantó victoria en el siguiente partido, ante Ucrania, y todo parecía indicar que las aguas habían recuperado la calma tras las conversaciones entre cuerpo técnico e internacionales y la promesa de mejorar, pero nada más lejos de la realidad.
El comunicado de la RFEF
A punto de que se cumpla un mes de ese momento y sin nuevas noticias desde entonces, la RFEF emitió un comunicado por sorpresa a última hora de este jueves anunciando que un total de 15 jugadoras le habían hecho llegar a la Federación correos electrónicos con idéntico texto en el que "renuncian a la selección nacional de España" hasta que "no se revierta" la "actual situación", puesto que les "afecta "de forma importante" en su "estado emocional" y en su "salud".
En la nota, el organismo dejó claro que "no va a permitir que las jugadoras cuestionen la continuidad del seleccionador nacional y de su cuerpo técnico", ya que es una "competencia" que no le corresponde, ni "admitir ningún tipo de presión".
Advirtió a las futbolistas de que están obligadas por ley a acudir a una concentración de la selección española si eran convocadas, puesto que pueden llegar a enfrentarse a la inhabilitación si se niegan, aunque aseguró que no tomaría medidas de este tipo, si no que "directamente, no convocará a las futbolistas que no desean vestir la camiseta de España".
"La Federación contará únicamente con futbolistas comprometidas aunque tenga que jugar con juveniles", destacó, asegurando que "este hecho ha pasado a ser de una cuestión deportiva a una cuestión de dignidad".
Y concluyó el comunicado dejando claro que las jugadoras que habían "renunciado", solo podrían volver a jugar con la camiseta de España "si asumen su error y piden perdón".
La respuesta de las jugadoras... y de Alexia Putellas
Veinticuatro horas después de la publicación del comunicado de la RFEF, las 15 futbolistas, a las que se sumó Alexia Putellas, hicieron pública su respuesta, en la que dejaron claro que "en ningún caso hemos renunciado a la Selección Española de Fútbol", si no que solicitaron, "en respuesta a la petición de la propia Federación de conocer quiénes de nosotras queríamos no ser convocadas", no ser llamadas "hasta que no se reviertan situaciones que afectan a nuestro estado emocional y personal", así como a su rendimiento y los resultados deportivos de La Roja.
Las internacionales dejaron claro que lo que desean no es el cese de su seleccionador, puesto que no es "nuestro trabajo", aunque sí lo es "expresar de forma constructiva y honesta lo que consideramos que puede mejorar el rendimiento", si no que la selección mejore y pueda "conseguir más y mejores objetivos" explotando al máximo la calidad del grupo, todo ello, "sin entrar en guerras públicas".
"¿Alguien puede pensar que, a ocho meses de un Mundial, un grupo de jugadoras de máximo nivel, que es lo que nos consideramos, se plantean esta decisión, como se ha dado a entender públicamente, como un capricho o un chantaje?", señalaron.
Y cerraron su comunicado advirtiendo a la RFEF por sus formas: "No vamos a tolerar el tono de infantilización con el que la RFEF concluye su comunicado". Y afearon al organismo haber "hecho pública, de forma parcial e interesada, una comunicación privada, con información que afecta a nuestra salud", por la que no han recibido respuesta.
¿Qué piden ellas?
"Queremos una apuesta decidida por un proyecto profesional en el que se cuiden todos los aspectos para sacar el mejor rendimiento a un grupo de jugadoras con las que consideramos que se pueden conseguir más y mejores objetivos", explicaron las jugadoras en su comunicado.
De igual forma, aseguraron, "deseamos lo mejor para la RFEF, para la Selección Femenina y para nosotras en particular".
Así pues, "desde nuestra ambición como jugadoras, luchadoras y ganadoras tan solo deseamos poder volver a conseguir los máximos éxitos profesionales y personales".
"Lamentamos que en el contexto del deporte femenino tengamos que llegar a este extremo (...) para conseguir avanzar en un proyecto profesional potente y ambicioso para el presente y para futuras generaciones", finalizaron la nota.
¿Qué pasaría si renuncian a la selección?
El Artículo 47 de la Ley del Deporte recoge en su primer apartado que "es obligación de los deportistas federados asistir a las convocatorias de las selecciones deportivas nacionales para la participación en competiciones de carácter internacional, o para la preparación de las mismas".
Así pues, la negativa a acudir a la llamada de los combinados nacionales de forma "no justificada" está considerada una "infracción muy grave", según el artículo 76 de la legislación española, y puede suponer la "inhabilitación, suspensión o privación de la licencia federativa, con carácter temporal o definitivo", se indica en el artículo 79.
Además, la RFEF cuenta con su propio Código Disciplinario en el que la "inasistencia a las selecciones nacionales" es una "infracción muy grave" por la que los futbolistas que se nieguen a ir puede enfrentarse a sanciones económicas de entre 3.006 y 30.051 euros, e incluso a la "inhabilitación para ocupar cargos en la organización federativa, o suspensión o privación de licencia, por tiempo de dos a cinco años".
En el caso de que se produzca la "reincidencia de infracciones muy graves", la Federación podrá optar por la "privación de licencia, con carácter definitivo".