El Molina Sport, equipo de hockey sobre patines, ganó la Copa del Rey y celebró su victoria tanto dentro como fuera de la cancha, pero su entusiasmo desbordado causó problemas en el vuelo de regreso a Gran Canaria desde Madrid. Los jugadores, aparentemente ebrios, protagonizaron altercados que llevaron al desvío del avión hacia el aeropuerto de Sevilla.
Según testimonios de pasajeros, varios miembros del equipo estaban visiblemente ebrios, causando molestias al resto de los ocupantes del vuelo y perturbando a la tripulación. El comportamiento incluyó falta de respeto hacia otros pasajeros e interferencia con las instrucciones de seguridad de la tripulación.
El comandante de Iberia Express decidió aterrizar en Sevilla y llamar a la Guardia Civil para desalojar a nueve jugadores del avión, quienes fueron denunciados conforme a la Ley 21/2003 de Seguridad Aérea por no obedecer las órdenes del personal aeronáutico.
El Molina Sport lamentó los inconvenientes causados y consideró "desproporcionada" la medida de desviar el vuelo hacia Sevilla. Los jugadores desembarcados permanecen en la ciudad y enfrentan posibles multas de hasta 5.000€ según la normativa.
El reglamento establece que comportamientos inadecuados a bordo, como el consumo excesivo de alcohol o la falta de cumplimiento de las instrucciones de la tripulación, pueden poner en riesgo la seguridad del vuelo y acarrear sanciones económicas. Además, los gastos derivados del desvío del avión serán responsabilidad del pasajero en cuestión, con montos que varían según el tamaño de la aeronave y la distancia del desvío.