Los residuos peligrosos son aquellos materiales que por su naturaleza o composición química presentan riesgos para la salud y para el medio ambiente. Su gestión requiere una actuación efectiva conforme a las pautas concretas que se derivan de la legislación actual.
Cuando somos responsables de una obra debemos tener en cuenta que los residuos de construcción y demolición suponen un gran impacto para el entorno. Por lo tanto, es importante cumplir sin excepciones la normativa de gestión de residuos de construcción general que podemos encontrar regulada en el Real Decreto 105/2008 de 1 de febrero del BOE.
Este decreto regula la producción y gestión de residuos habituales que podemos generar en una obra, clasificando los mismos en diferentes categorías y, por lo tanto, con especificaciones distintas a la hora de tratarlos. El Decreto 20/2011 de 25 de febrero también clasifica los residuos por su tipología en función del procesamiento posterior.
Herbusa garantiza el cumplimiento normativo en todos sus servicios y engloba una correcta gestión de residuos, incluidos los peligrosos y su transporte. Realizan todas las eliminaciones en instalaciones autorizadas y controladas.
Dispone de los equipos técnicos competentes y los recursos humanos y materiales específicos para su eliminación, sin riesgos y con todas las garantías.
Ejemplos de residuos peligrosos son aceites y lubricantes, combustibles, anticongelantes, adhesivos, decapantes y disolventes, madera tratada con productos tóxicos, pinturas, silicona y productos de sellado, pilas y baterías, etc.
Los residuos limpios inertes son algunos pétreos como tejas, ladrillos o mortero endurecidos. En cuanto a residuos no peligrosos, podemos encontrar el metal, la madera, el papel y cartón, plásticos o vidrios.
Las multas por no gestionar de forma correcta los residuos pueden ir desde los 3.000 a los 30.000 euros, dependiendo de la gravedad de los hechos.