Cada mujer debería poder elegir la forma en que quiere parir a sus hijos. Partiendo de esta premisa hay mujeres que optan por buscar alternativas a la sanidad tradicional y piden ayuda a las doulas, mujeres que acompañan a otras féminas durante el proceso de la maternidad y que cobran por ello.
El Consejo General de Enfermería (CGE) y la Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME) han denunciado la proliferación de estas mujeres, a las que acusan de ejercer como falsas matronas, advirtiendo que no son profesionales sanitarias y que pueden poner en peligro la salud de la madre y del bebé.
La doula es una figura que no existe legalmente en España. Las primeras doulas aparecieron en la Grecia clásica, y se trataba de mujeres que ya eran madres y que aconsejaban a otras que iban a serlo, basándose en sus vivencias. Sí que existe desde hace tiempo en otros países, anglosajones y nórdicos fundamentalmente, y desde hace varios años está cogiendo auge en España.
La Associació Balear de Comares, que preside Margalida Alomar, considera importante «la existencia de grupos de ayuda mutua que actúen de manera voluntaria y altruista, contribuyendo junto con las matronas a la mejora de la salud», pero reivindica la figura de la matrona, como profesional de la salud de referencia de las mujeres, parejas y familia en proporcionar atención integral en el embarazo, el parto y puerperio, así como al recién nacido en su etapa neonatal.
Las matronas piden a la Conselleria de Salut y al Ministerio de Sanidad, que pongan en marcha «los mecanismos necesarios para evitar acciones instrusistas del colectivo de doulas que pueden provocar errores fatales para la mujer y el recién nacido» e instan a las mujeres a que se informen rigurosamente a la hora de elegir quién se responsabiliza con ella de su embarazo y parto.