Pasada ya la primera ola de calor del verano todos hemos sufrido en nuestras carnes los sofocos que estos periodos provocan. A punto de que las temperaturas extremas vuelvan a visitarnos, con la segunda ola tocando ya a nuestra puerta, nos hemos propuesto acercarte algunos consejos muy frescos para que el calor no se quede a dormir contigo en el dormitorio.
Lo primero que debemos hacer es impedir que el bochorno entre en la habitación. Para ello es importante bajar las persianas y abrir los toldos durante las horas de sol. Se recomienda además mantener las ventanas cerradas para intentar aislar la estancia del calor. Durante el día podemos echar mano de ventiladores o de aire acondicionado. Si te decides por la segunda opción, ¡ojo! La causa de muchos resfriados veraniegos es el uso exagerado de estos aparatos.
Si prefieres el ventilador puedes instalar uno de techo para tener una buena circulación de aire y añadir uno portátil para que trabajen a la vez. Un truco que muchos desconocen es colocar un balde con hielo frente al ventilador para que el aire se enfríe al pasar por él.
Al igual que pasa con el aire acondicionado, el ventilador debe encenderse solo cuando es imprescindible. Si lo utilizas cuando no lo necesitas puede que el motor caliente demasiado la habitación y el efecto sea contraproducente.
Si tienes la suerte de tener un jardín o un balcón lo suficientemente grande, llénalo de plantas. Además de crear sombra, estas refrescarán el ambiente y limpiarán el aire.
Cuando el calor aprieta menos y empieza a caer el sol, llega el momento de destapar la casa. Abre las persianas, las contraventanas, quita toldos y cortinas y deja que la brisa y el frescor de la noche entren en tu hogar. Si tienes ventanas a ambos lados de tu vivienda estás de suerte, podrás crear ventilación cruzada y refrescar tu vivienda con facilidad. Otras ideas refrescantes para antes de irte a dormir son fregar el suelo de nuestro dormitorio solo con agua y cambiar las cortinas oscuras por unas blancas o de color claro. Las cortinas negras absorben el calor y pueden elevar la temperatura dentro de la vivienda.
Si vives en una casa unifamiliar y tu sótano es habitable, plantéate la posibilidad de crear un dormitorio veraniego. Estos pisos bajos suelen ser, por lo general, mucho más frescos y por lo tanto más agradables para descansar. Si tienes hijos o niños pequeños seguro que disfrutarán mucho al cambiar de lugar el dormitorio durante las noches de verano.
© Cortés arquitectos/ homify.es