A las puertas de las elecciones catalanas, el «horror vacui», el miedo al vacío, comienza a recorrer la espina dorsal de los líderes de las formaciones independentistas ante la posibilidad de que, en conjunto, consigan más del cincuenta por ciento de los votos y ya no puedan echar el freno de mano al proceso secesionista. Este «horror vacui» es incluso reconocido por miembros de Esquerra Republicana en Mallorca. No preocupa tanto el día 27 como los pasos a dar partir del 28. «La torpeza de Madrid, de Rajoy, de sus ministros, del PP y de los medios de comunicación de la capital ha sido total y absoluta. Pase lo que pase les han hecho media campaña a los independentistas», afirman estas mismas fuentes porque «unas elecciones, a diferencia de un referéndum, jamás se ganan con amenazas».
El error fundamental de Madrid ha sido no comprender el fondo del conflicto. Y este fondo ni es de sentimientos (que pesan) ni de esteladas y de defensa de la lengua propia (que también pesa). El fondo real se llama presupuestos de la Generalitat. La diferencia actual con los tiempos de Jordi Pujol es que las arcas autonómicas catalanas están vacías y que todos los departamentos han de hacer equilibrios cada vez más difíciles para ajustar cuentas. «Esa el la clave de este pulso». Los catalanes no tienen dinero para sus hospitales mientras ven como, según ellos, 16.000 millones se van cada año a Madrid y no vuelven.
El enfrentamiento se hizo irreconciliable cuando la Plaça de Sant Jaume llegó a la convicción de que hablar con Rajoy es lo mismo que hacerlo con una estatua. Obsesionado por cuadrar las cuentas españolas conforme a las directrices de Merkel y Bruselas, Rajoy «no ha dejado otra salida a los catalanes, acostumbrados desde hace décadas a tener dinero en caja, a rebelarse». La Generalitat ve muy débil mentalmente a Mariano, «tanto en su capacidad de comprensión de Catalunya como de España. La prueba es lo mal que ha enfocado los comicios catalanes, creyendo que lo arreglaría todo con una frase de compromiso de Obama y otra de Merkel».
El temor de los independentistas es «ahora mismo» cómo gestionarán su victoria, caso de producirse. «Si iniciaron esta embestida es porque jamás creyeron que Moncloa fuese tan torpe y ahora ya tienen el motor pasado de revoluciones y delante a un presidente autista que se lía cuando le hablán de la pérdida o no pérdida de la nacionalidad española y que en vez de utilizar con sabiduría el voto del miedo acaba por dar risa».
Y Balears?
El Archipiélago está a años luz de las aspiraciones independentistas de Catalunya. Pero comparte problema y, en consecuencia, comparte amenazas. La llegada de la izquierda al poder autonómico ha supuesto una desagradable sorpresa: no hay dinero para llevar a la práctica las promesas electorales. Se han encontrado una autonomía seca y endeudada. Y con Rajoy, arrodillado ante Merkel, es imposible hablar seriamente. No hay dinero para acabar con la masificción de las aulas, no hay dinero para contentar a los profesores y maestros, bandera del levantamiento contra Bauzá. No hay dinero para nada...Encima, para no irritar a los hoteleros, ya se habla que la futura ecotasa habrá de contentarles. Entonces, ¿qué pasará con la política social prometida e incumplida?
A ello hay que añadir un asunto «grave». Podemos se ha negado a entrar en el Govern y ya le ha dejado una vez en minoría y en ridículo en el Parlament. No lo confiesan en público, pero el Ejecutivo de Armengol ve ya muy complicado poner en marcha la renta básica prometida a los necesitados. La situación es muy similar a la de Catalunya: dos mil millones baleares (Madrid rebaja la cifra, pero nadie se lo cree) se van cada año a Madrid y no vuelven. La izquierda en el poder ya rechina, por impotente. Ya se siente el "horror vacui" en el Consolat por la falta de un dinero que se crea, que genera, que se suda pero que luego se larga a los madriles y sus sueños imperiales.
Dentro de Més ya hay miembros de Iniciativa que apuestan por salir del Govern y dejar a Francina más sola que a Caperucita antes que tener que pagar el coste de mandar sin poder cumplir. Eso no ocurrirá porque el PSM de Biel Barceló ha decidido aferrarse al bote y aguantar el temporal cueste lo que cueste. Pero si no pueden realizar política social Podemos les martirizará pleno tras pleno. ¿Habrá que plantarseante Moncloa? ¿Habrá que trazar la raya de la dignidad y si Madrid la traspasa apelar a las bases y salir a la calle a protestar? Pronto se verá. Pero que nadie espere frutos de la estatua Rajoy, ni aquí, ni en Catalunya ni en islote de Perejil. Sólo se postra ante Angela.