Los turistas que visiten Balears el próximo año pagarán un impuesto por pernoctar en cualquier alojamiento vacacional y en los cruceros que supondrá un coste de 0,25 a 2 euros por persona y día, con lo que el Govern recaudará a año de 50 a 80 millones de euros, según sus previsiones.
El Govern ha presentado este miércoles el borrador del nuevo «impuesto del turismo sostenible» que pagarán tanto turistas como residentes en las islas desde el segundo trimestre del próximo año, según las previsiones del ejecutivo, y que no abonarán los menores de 14 años.
La presidenta de las Illes Balears, Francina Armengol, el vicepresidente y conseller de Innovación, Investigación y Turismo, Biel Barceló, y la consellera de Hacienda y Administraciones Públicas, Catalina Cladera, han presentado en rueda de prensa el borrador de la ley que regulará este nuevo impuesto, cuya recaudación tendrá numerosos fines.
En concreto, el «impuesto del turismo sostenible» se destinará a la protección, preservación y recuperación del medio natural, rural y marino; mejora de la calidad y la competitividad del sector turístico; fomento de la desestacionalización y creación de producto turístico y promoción turística.
También servirá para el desarrollo de infraestructuras relacionadas con el turismo sostenible; recuperación y rehabilitación del patrimonio histórico y cultural; impulso de proyectos de investigación científica, desarrollo e innovación tecnológica (I+D+I) que contribuyan a la diversificación económica o relacionados con el ámbito turístico; y mejora de la formación y la calidad del empleo del sector turístico.
Con el impuesto nacerá también la Comisión de Impulso del Turismo, que decidirá a qué proyectos concretos se destina el dinero recaudado.
Armengol ha afirmado que este futuro gravamen es una «apuesta valiente y decidida» del Govern para mejorar el medioambiente y el turismo de las Illes Balears, que es el «motor económico» de la comunidad autónoma.
En este contexto, ha pedido «desdramatizar» su puesta en marcha y ha invitado a los hoteleros a «trabajar juntos desde la discrepancia».
La Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) ha admitido que el nuevo impuesto tendrá una incidencia «mínima» en la demanda a corto plazo, pero sí dañará a «medio plazo» la oferta vacacional del archipiélago.
«En el medio plazo la competitividad del destino se verá lastrada en tanto en cuanto las herramientas fiscales de este tipo reducen los márgenes empresariales y, por tanto, disminuirá la inversión, rompiendo y pasando del círculo virtuoso de la inversión, que genera empleo y bienestar, al círculo pernicioso de la pérdida de competitividad, con los efectos que eso supondrá para el empleo y para la riqueza», ha señalado la patronal en un comunicado.
Su presidenta, Inmaculada Benito, ha explicado que su organización «trabajará en las mesas que el gobierno ponga a su disposición» para afinar la regulación de la tasa.
Benito ha indicado que la elaboración de la futura norma se ha hecho «con rapidez y sin consenso» y la ha definido como «una oportunidad perdida» que la FEHM tratará de «revertir» contribuyendo a definir el texto definitivo.
Mientras tanto, la gerente de la Asociación de Apartamentos y Viviendas de Alquiler de Temporada de Balears (Aptur-Balears), Irene Perelló, ha apoyado la implantación del nuevo impuesto para mejorar la oferta de Balears y ha considerado que el precio a pagar es «muy simbólico».
Desde el PP, el principal partido de la oposición, su portavoz parlamentaria, Marga Prohens, ha acusado al Govern de tratar de frenar la llegada de turistas con esta medida.
«Los partidos de izquierdas no quieren que lleguen tantos turistas. Para ellos el turismo es algo que tiene efectos perniciosos o es una fuente de explotación laboral. Para ellos el turista no es un amigo, es alguien que molesta», ha afirmado Prohens.
El líder de Podemos, Alberto Jarabo, ha expresado su satisfacción por la próxima aprobación de este impuesto turístico, cuyo destino considera que debe ser principalmente medioambiental y social, ya que «sería una tremenda injusticia» que beneficie a «los grandes hoteleros».
Por su parte, MÉS per Menorca ha pedido al Govern que los pacientes y familiares que tienen que viajar de Menorca, Ibiza y Formentera a Mallorca para ser atendidos en Son Espases, y que deben pernoctar en alojamientos turísticos, no paguen el nuevo impuesto.