El Parlament balear ha rechazado este martes, con los votos de los partidos que apoyan la gestión del Govern (PSIB, MÉS, Podemos y GxF), las enmiendas a la totalidad al proyecto de los presupuestos autonómicos de 2016 defendidas por PP, PI y Ciudadanos.
Por lo tanto, las cuentas de la comunidad del próximo año prosiguen con su tramitación parlamentaria y serán aprobados a finales del próximo mes de diciembre.
El Govern gestionará el año que viene un presupuesto de 4.240 millones de euros, 205,3 millones más que en 2015, lo que representa un incremento del 5,09%, según recoge el proyecto de ley aprobado por el ejecutivo.
La consellera de Hacienda y Administraciones Públicas, Catalina Cladera, ha sido la primera en intervenir en el debate de estas enmiendas y ha defendido las cuentas de la comunidad, cuyo primer objetivo serán «combatir la desigualdad y la pobreza».
Se trata de los presupuestos «más sociales de la historia de Balears» y la voluntad del Govern es «devolver a la sociedad» los derechos perdidos en la pasada legislatura del PP y «rescatar a la ciudadanía».
Cladera ha señalado que nunca un ejecutivo autonómico balear ha heredado una situación «tan complicada» con una deuda pública de 9.000 millones de euros y una «evidente» falta de financiación por parte del Estado, tras cuatro años en los que «Bauzá ha callado ante Madrid».
El Govern prevé aumentar un 25 % los tributos cedidos y una subida del 58,2 % en los ingresos por tributos propios. La consellera ha mantenido que este incremento afectará a las rentas más altas.
En cifras absolutas, el proyecto de presupuestos contempla ingresos de 562,8 millones de euros en tributos cedidos, 86 millones por tributos propios, y 93,7 millones por tasas.
Por parte del PSIB-PSOE, Andreu Alcover, ha declarado que los presupuestos recogen las medidas de los partidos firmantes del Pacto por la Gobernabilidad, como las sociales o «la progresividad fiscal, que no incremento de impuestos», ha puntualizado.
La portavoz del PP, Marga Prohens, ha asegurado a la consellera que ella misma sabe que los presupuestos son «papel mojado que no cumplirán; ni ustedes mismos se creen este presupuesto» porque se sobrepasará «sobradamente» el gasto previsto.
El Govern prevé «más impuestos, más descontrol, más deuda descontrolada, menos consumo, más paro», y todo ello con un «discurso de mucha preocupación por el Estado de Bienestar y las personas», ha lamentado Prohens.
El PP ha criticado un aumento «considerable» de impuestos en 2016 que afectará a «todos los ciudadanos» y no solo a las rentas más altas.
Además, Prohens se ha referido al «papel» de Podemos en la aprobación de los presupuestos, que los apoyará a cambio de una «propina política» de 10 millones de euros a través de enmiendas parciales.
El portavoz del PI, Jaume Font, ha planteado al Govern una propuesta «seria y responsable» como es que el Parlament no apruebe los presupuestos de este año hasta que haya un nuevo Gobierno central tras las elecciones generales del 20D.
«O nos plantamos o no hay nada que hacer», ha mantenido Font ante la falta de financiación de las islas, que en los tres próximos años incrementará su deuda pública en 1.300 millones de euros, ha vaticinado el portavoz del PI.
Por su parte, el portavoz de Ciudadanos, Xavier Pericay, ha avanzado que los presupuestos de 2016 no se cumplirán porque la propia consellera ha asegurado que se sobrepasará el 0,3 % del déficit permitido por el Estado para el próximo año.
En segundo lugar, aunque los presupuestos tengan un objetivo social, «descuidan el estímulo del crecimiento económico», que es lo que permite crear puestos de trabajo, ha advertido el portavoz de C's. Pericay ha exigido al ejecutivo el desarrollo de medidas «eficientes» de gestión del gasto público.
Desde Podemos, su portavoz, Laura Camargo, ha sostenido que aunque su partido no está de acuerdo con la totalidad del proyecto del Govern, «sí se sale de la larga noche de recortes de la pasada legislatura en la que todo era recortable e eliminable».
Podemos presentará enmiendas parciales y, según ha dicho Camargo, se está «siguiendo el espíritu por el cambio para poner fin al austericidio social».