El consultor que figuró en 1999 como secretario de la asociación que en 2003 se transformó en Instituto Nóos ha testificado que Diego Torres la creó para acceder a contratos de administraciones públicas, de las que posteriormente acabó ingresando unos 6 millones de euros.
Xavier Agulló, que ha declarado este jueves como testigo en el juicio del caso Nóos, ha asegurado que «en esa época, muchos contratos públicos se daban a asociaciones. Hecha la ley hecha la trampa, las consultoras creaban asociaciones y a través de estas asociaciones se podía acceder a los proyectos que tenían algún tipo de subvención».
El testigo ha declarado que Torres, para el que trabajó de 1998 a 2000 y de 2004 a 2005, le pidió en la primera etapa su firma para constituir dos asociaciones, una de ellas la llamada Instituto para la Investigación Aplicada, denominación a la que se añadió el término Nóos cuando en 2003 se incorporó Iñaki Urdangarin.
La incorporación del marido de la infanta Cristina «aportaba» al proyecto de Torres un «plus de marca» que el impulsor de Nóos ya había buscado en iniciativas como las que le asociaron a instituciones académicas como Esade y UOC, ha manifestado Agulló en la vigésima primera jornada de la vista oral.
El testigo, que renunció a la secretaria del Instituto Nóos para que la ocupara el secretario de las infantas, Carlos García Revenga, ha descrito a Torres como un profesional brillante en el ámbito teórico de la consultoría.
«Hubiera podido ser el mejor del mundo, académicamente hablando, en lo que hubiera querido, si se hubiera estado quieto. Cada dos por tres intentaba montar un marco nuevo e igual eso, siendo un gran académico, le hizo un pésimo empresario», ha reflexionado.
Ha agregado que Torres «siempre fue cambiando al son de las modas, de lo que podía dar más dinero o prestigio», desde los estudios de mercado para pymes, a internet o, finalmente, al patrocinio, ámbito en el que se asoció con Urdangarin.
Por otra parte, ha indicado que, aunque sabía que había empleados en Nóos contratados por diferentes sociedades, tanto él como sus compañeros consideraban que trabajaban en un grupo empresarial que realizaba todos sus proyectos bajo la supervisión directa de Torres y Urdangarin.
Sólo ellos tenían capacidad para adoptar decisiones de facturación sobre «temas relevantes», ha manifestado Agulló, que nunca oyó mencionar a la infanta Cristina en relación a la actividad de las empresas del grupo.
Antes ha testificado esta la mañana de este jueves otro consultor que trabajó en Nóos, primero como becario y después como consultor contratado, que ha ratificado la impresión de otros empleados del grupo de que no había distinción real entre las diferentes empresas asociadas y que compartían el mismo espacio de trabajo.