El mercado inmobiliario de Balears muestra signos de recuperación en cuanto a la compraventa de viviendas se refiere. En junio, las Islas lideraron el crecimiento de operaciones de este tipo en todo el Estado, con un aumento del 36,2 % respecto del mismo mes del año anterior, casi el doble que el crecimiento registrado a nivel estatal (19,4 %), según los datos del Instituto Nacional de Estadística.
En junio se vendieron en las Islas 1.227 viviendas y se encadenaron así tres meses superando las 1.000 compraventas. Esta situación no se producía desde mediados de 2008. De hecho, desde julio de ese año solo se superaron las mil compraventas de viviendas hasta julio de 2010, cuando se registraron 1.001 transacciones, cifra que no se volvió a sobrepasar hasta febrero de este año.
Una de las principales características de las operaciones inmobiliarias en estos momentos es el elevado peso de las compraventas de viviendas de segunda mano. De las 1.227 viviendas vendidas, 252 eran nuevas y 975 usadas. Esto se debe al hecho de que en las Islas queda muy poco stock de vivienda nueva, según advierten desde hace tiempo los promotores inmobiliarios, al tiempo que las entidades financieras están especialmente interesadas en deshacerse de sus activos inmobiliarios, que se contabilizan como de segunda mano.
Una noticia de media verdad. Los palmesanos sabemos que la mayoría de la población vive en los barrios del Eixample. Y en el Eixample hay miles de pisos sin vender pese a que su precios oscilan entre los 50.000-80.000 euros. ¡Que bonitas son las estadísticas y mas cuando se manipulan! Una cosa es Santa Catalina, la otro Son Oliva, una cosa es el Casco Antiguo y el otro Son Cotoner...y así sucesivamente. Dejen de mentir a la gente y dedíquese a sacar titulares reales por ejemplo de como una familia mallorquina están intentando vender desesperadamente su piso en Es Rafal que pese a una rebaja del 50% no consiguen vender por falta de compradores. No olvidemos, la vida real con la gente real de esta ciudad esta en el Eixample y la periferia y no en las zonas “chic” sin identidad en la que compran los guiris y ricachones de la Peninsula.