La Conselleria d'Educació ha puesto en marcha el primer Plan hacia el Éxito Educativo de las Islas Baleares, mediante el cual ha comenzado a aplicar 106 medidas para mejorar los resultados académicos, reducir la tasa de fracaso y abandono escolar y «combinar» equidad y calidad en el sistema educativo.
Este plan, que cubre los años 2015-2019, supone que «por primera vez» en Baleares se cuenta con una iniciativa de estas características, ha destacado este lunes en rueda de prensa el conseller de Educación, Martí March, que ha comparecido para explicar esta iniciativa junto a su equipo.
March se ha referido a la necesidad de «implicar e involucrar» a la comunidad educativa y a la sociedad en general, por lo que este documento se les remitirá para su análisis.
Ya se han puesto en marcha algunas de las 106 medidas como el cambio de orientación en la formación del profesorado, los planes de mejora educativa, el refuerzo del número de inspectores, el incremento de las horas de libre designación en los nuevos currícullums, la promoción de FP, el desdoblamiento de grupos de inglés en la ESO o la creación de equipos específicos para alumnos con necesidades educativas especiales.
El objetivo es mejorar los resultados educativos en centros públicos y concertados y que, a final de legislatura, los indicadores del éxito educativo de Baleares se sitúen en la media estatal.
El conseller ha reconocido que sin un incremento de la financiación de Baleares «no es posible mejorar», pero también ha defendido el esfuerzo que se puede realizar desde la administración y la comunidad educativa para incrementar la calidad educativa y los resultados de los alumnos.
El plan presenta once grandes líneas de actuación como la autonomía de los centros como motor del cambio, la compensación de las situaciones contextuales de los centros, la asignación de recursos en los centros, la formación del profesorado, medidas para lograr una «formación profesional del siglo XXI» y la enseñanza aprendizaje de lenguas y el impulso del catalán.
Otros aspectos principales son la participación de la comunidad educativa, la innovación ideológica y didáctica, el apoyo y la atención a la diversidad, el absentismo y el abandono escolar y la evaluación del proceso educativo.
La mayor parte del presupuesto anual de la Conselleria de Educación estará destinado a dar cumplimiento a estas once líneas de actuación.
March ha señalado que esta propuesta se «enriquecerá» con las aportaciones de los diferentes integrantes de la comunidad educativa, representantes sociales y empresariales, y también por los grupos políticos.
El conseller ha dicho que desarrollar estas medidas es una «obligación» de las administraciones educativas, si bien donde «se produce el hecho educativo es en la aulas», por lo que los centros serán la «primera fuente de experimentación e innovación, especialmente aquellos en los que se cultive el aprendizaje entre los profesores con el apoyo y el impulso de los equipos directivos».
Este plan ha sido redactado a partir de tres «referentes principales": la Estrategia Europa 2020, el Pacto por la Educación y el documento «Repensar la educación: ¿Hacia un bien común mundial?» de la UNESCO.
El conseller ha dicho que este plan no pretende «milagros», sino «mejorar de forma progresiva la educación», un aumento de la calidad, un mayor rendimiento escolar y que «la sociedad balear ponga en valor la educación».
«Para el Govern la educación es una prioridad política clara» que se verá reflejada en los presupuestos autonómicos de 2017, ha afirmado March.