El segundo hijo de los Ruiz-Mateos, llamado como su padre, José María, ha asegurado este viernes durante su intervención en el juicio por presunta estafa por la compra de dos hoteles que su padre «siempre ha tenido la voluntad firme e inquebrantable de cumplir con sus pagos».
Por su parte, el Ministerio Fiscal le acusa a él y a sus hermanos de no haber pagado el precio acordado, 11,7 millones de euros, por los hoteles Beverly Playa en Paguera y Beverly Park en Maspalomas (Gran Canaria) y pide siete años de cárcel para cada uno.
«En ninguna de las propiedades que aquí se trata, no he participado ni como administrador ni asesor ni he tratado a los vendedores ni los conozco ni tampoco he visitado los hoteles, no he participado en reuniones con directivos, ni he comido con ellos ni he intercambiado e-mails ... no tengo ninguna relación con los hechos», ha aseverado.
A pesar de esto, ha admitido «no tener patrimonio» ni ahora ni en el momento de los hechos.
Además, ha reconocido ser avalista de los pagarés en el contrato de compra venta de los hoteles, a petición de su padre, tal como reconoció su hermano Álvaro en la sesión que tuvo lugar este jueves, pero, ha resaltado, que él «jamás» ha estado en «ningún puesto de administración ni apoderado en ninguna de las empresas» de su padre.
Sobre su progenitor, ha explicado que «gozaba de plenas facultades mentales» aunque ha dicho que «le dio un bajón muy grande a partir de la presentación de los concursos». «Mi padre siempre ha querido cumplir con sus obligaciones, como ha hecho a lo largo de toda su vida y esto (...) afectó a sus capacidades anímicas», ha resumido.