Caras de sorpresa entre los turistas que este martes llegaban a la playa de Es Trenc, en Campos, y se encontraban con las montañas de escombros de los cincos de los seis chiringuitos, cuya demolición comenzó la tarde del lunes al aplicarse la sentencia del Tribunal Supremo que obliga al ayuntamiento de este municipio a echar abajo estos establecimientos históricos. Los restos crean cierto desconcierto entre los visitantes e incluso algunos se acercan para retratar este nuevo paisaje temporal de escombros y sombrillas.
Ultimahora.es ha visitado la zona para comprobar el estado de las obras y la reacción de los bañistas al conocer la desaparición de estas estructuras, que serán sustituidas por construcciones desmontables y de menor tamaño. División de opiniones entre los usuarios locales, que consideran que con esta medida se podrá disfrutar ahora del Es Trenc «más puro y natural», y algunos turistas, que sostienen que los chiringuitos «para nada molestaban».
Según Marcel, un ciudadano alemán, este tema del derrumbe de los chiringuitos de Es Trenc ha llegado hasta su país. «Se ha hablado mucho de este asunto y se ha criticado que esto se haga durante la temporada».
Durante esta mañana de martes, se ha podido ver a diversos camiones accediendo a la playa para retirar las escombreras y se prevé que esta misma jornada se lleve a cabo la última demolición. «No molesta para nada», aseguraban unos turistas de Catalunya, que desconocían a qué se debía la presencia de los operarios por la zona. Precisamente, el consistorio ha explicado que las tareas se desarrollarán a partir de la media tarde para evitar molestias a los usuarios y que concluirán en seis días.
Más allá del debate chiringuitos sí o no, algunos ciudadanos se mostraban este martes molestos por la cantidad de basura que se encuentra en los accesos a la playa de Es Trenc. «Hay que concienciar a la gente de que hay que recoger la basura» y, sobre todo, «informar a los turistas de cómo hay que visitar Es Trenc». Sólo así, dicen, «Es Trenc volverá a ser Es Trenc».
Teniendo todo el invierno por delante, me parece de ser muy chapuceros y tercermundistas tener que ponerse ahora a derribar los chiringuitos, por otra parte creo que los alemanes no deberían meterse en lo que no les importe y preocuparse por problemas más serios que tienen en su pais