Primeras detenciones en el Ajuntament de Calvià en torno a la investigación del ‘caso Cursach'. Agentes de la Policía Nacional arrestaron ayer a dos funcionarios municipales, uno de ellos el antiguo director general de Comercio, Jaime N., y el otro un ingeniero técnico, Bernat R. Los arrestos se producen por la supuesta intervención en la revisión de la licencia de BCM que habría operado durante 27 años sin permiso y, según el juez, con la connivencia de cargos municipales.
El ex director general rechazó declarar este jueves en la jefatura de policía y se prevé que ambos pasen en la jornada de viernes por el juzgado.
Según han declarado otros funcionarios en la causa, en 1989 BCM abrió con una licencia provisional. Este permiso estaba condicionado a que se solucionaran una serie de irregularidades que se habían detectado. La principal hacía referencia a la ubicación de las instalaciones de aire acondicionado que no cumplían la normativa y que aumentaban la edificabilidad permitida en la finca. Estas irregularidades no fueron solucionadas durante años y la discoteca siguió funcionando sin mayores problemas.
La situación fue detectada en el año 2016 y se inició un proceso de revisión de la licencia. Los investigadores creen que este procedimiento fue boicoteado durante meses por el director general ahora arrestado con la colaboración del ingeniero. De hecho, el consistorio ya suspendió al primero de los detenidos le apartó de sus funciones por dilatar el proceso de revisión.
BCM permanece clausurada desde el pasado 3 de abril por orden municipal. La decisión se produjo un mes después de la salida de este funcionario y tiene que ver con la falta de permisos y las irregularidades que no se han subsanado durante décadas.
El magistrado instructor, Manuel Penalva, ponía como ejemplo en el auto en el que decretaba la prisión de Cursach la actuación del ex director general ahora detenido: «Es una clara demostración de la capacidad de influencia que ejerce la Organización investigada».