La Fiscalía reclama una condena de diez años de prisión para Mohamed Harrak, el presunto yihadista que fue detenido en Son Gotleu el año pasado. El ministerio público sostiene que hay pruebas suficientes para condenarle por sus actividades en redes sociales que sostiene buscaban captar combatientes para el ISIS. Los cargos no incluyen la preparación de ningún atentado en concreto, pero sí la progresiva radicalización del joven, de 28 años de edad. El Juzgado Central de Instrucción número 3, encargado del caso, ha dictado ya el auto de apertura de juicio oral contra Harrak que actualmente está a la espera de juicio en una cárcel de la Península.
La investigación ha constatado contactos entre el acusado con islamistas radicales en redes sociales en las que manifestaba que su objetivo era viajar a Siria para luchar por la comunidad «junto a los muyahidín del califato» y «para servir a Abu Bakr, que es el califa». Así se le acusa de llevar a cabo actividades de captación para integrarlas en la organización terrorista y preparar más tarde su viaje a Irak o Siria.
La fecha para la celebración de juicio oral está pendiente de que llegue una de las pruebas solicitadas por la defensa. Se trata de aclarar a quién pertenece una dirección IP con la que quieren demostrar los argumentos de Harrak: que en realidad se había infiltrado por su cuenta en grupos islamistas para colaborar con los servicios de inteligencia españoles. En las investigaciones constan varios correos que envió al CNI en los que se ofrecía como informador, algo que, en principio fue rechazado por la Inteligencia española. La defensa ha aportado correos electrónicos que envió el acusado a la Guardia Civil en los que informaba de supuestas actividades de narcotráfico en Son Gotleu, lo que confirmaría la tesis de que, de forma un tanto peculiar él quería colaborar con las fuerzas de seguridad.
Harrak fue arrestado en una operación de la Policía Nacional en abril de 2016 en su domicilio en Son Gotleu.