Uno de los campos de mayor demanda que ocupa el trabajador social es el sector sanitario. Su labor en este ámbito es apoyar a los enfermos y sus familias para la evaluación de recursos y conseguir el máximo respaldo social.
El IB-Salut tiene contratados en la actualidad a 41 trabajadores sociales para atender a las más de un millón de tarjetas sanitarias que hay en las Islas.
El presidente de la institución colegial, que agrupa a los diplomados en Trabajo Social y a los asistentes sociales, Ignasi Martí, reconoce que «hay bastante malestar» entre este colectivo que «en la mayoría de los casos trabaja en un mínimo de dos centros de salud» porque no hay profesionales para atender toda la demanda sanitaria que se genera en las Islas.
Una de las cuestiones que más preocupa a este colectivo es el incremento de la población mayor, cada día más dependiente, y el hecho de que la Conselleria de Salut esté ultimando el Pla d'Atenció a la Cronicitat, «sin que se hayan tenido en cuenta las aportaciones de los profesionales en trabajo social dentro del ámbito sanitario, ni en el diseño ni en su implantación», denuncian.
Desde la institución colegial piden a la Conselleria de Salut y al IB-Salut que «apuesten por un apoyo directo en los domicilios para los pacientes crónicos y sus familias, que en muchas ocasiones se ven desbordadas y agotadas por la complejidad de los cuidados con los que conviven», y se valore el trabajo social sanitario como una inversión social, que fomenta la prevención y la salud.