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El estancamiento de la oferta de alquiler residencial dispara los precios

El acceso a la vivienda es uno de los principales problemas de la sociedad de las Islas a día de hoy por la escalada de precios que se ha experimentado y que ha provocado que los precios de venta de Palma y Calvià ya hayan superado los del ‘boom’ de antes de que estallara la crisis. | Redacción Local

| Palma |

Encontrar una vivienda de alquiler de larga estancia en Baleares a un precio asequible a día de hoy es igual o más complicado que hace un año. Desde el Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria aseguran que la ley de turismo, en vigor desde el 1 de agosto del año pasado, apenas ha tenido efecto en el mercado de alquiler residencial. Su presidente, José María Mir, explicó que la oferta de alquiler «es muy escasa», especialmente en los municipios más grandes, aunque se trata de un escenario que se extiende al resto del territorio.

El hecho de que esta oferta esté estancada, junto a un escenario de una demanda creciente, ha provocado una escalada de precios, que está en máximos históricos, según Mir.

De acuerdo con los datos que maneja el Colegio, el precio medio del alquiler en las Islas se ha encarecido un 12,4 % en el último año y se sitúa en los 10,6 euros el metro cuadrado al mes, por encima de los 9,6 euros que se alcanzaron en 2007, cuando se registró un récord, ya superado desde finales de 2017.

Coste

Así, en el mercado hay muy pocos pisos de alquiler por menos de mil euros mensuales, especialmente en Palma. La escalada de precios que se inició en el centro ya se ha trasladado a otros barrios y, por ejemplo, en Son Rapinya, se ofertan pisos de tres habitaciones por unos 1.300 euros mensuales, según el Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria.

Así, pese a un año de moratoria y a mayores restricciones para nuevos alquileres turísticos, los agentes de la propiedad no han notado ningún trasvase de este mercado al de alquiler de larga duración, pese al descenso de la oferta de alquileres turísticos, especialmente de pisos.

«Es cierto que hay temor a las multas y que muchos propietarios que no tienen licencia han dejado de arrendar sus pisos a turistas, pero no los destinan a alquiler habitual», reconoció Mir, quien detalló que, en cambio, algunos propietarios sí que han optado por vender estos pisos debido «al buen momento del mercado».

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