Hasta media docena de opciones se presentarán a las próximas elecciones municipales del 26 de mayo haciendo valer su etiqueta de izquierdas y defendiendo que es preciso que la derecha no gobierne y que hay que intentar un reeditar una «mayoría de progreso». Las opciones mayoritarias, PSIB-PSOE, Podemos (en coalición con Esquerra Unida) y Més, concurrirán a las elecciones autonómicas, las insulares, las locales y las europeas.
El último partido en irrumpir en la carrera electoral es el Moviment 4 Illes, promovido por la expresidenta del Parlament Xelo Huertas, expulsada de Podemos, actualmente en el Grupo Mixto y que el jueves presentó su proyecto con la idea de presentarse únicamente al Parlament por Mallorca y formando parte de agrupaciones de electores en algún municipio.
Los otros partidos que han anunciado su idea de competir en las urnas son Actúa –la plataforma de Baltasar Garzón y Gaspar Llamazares y que apoya un histórico de la izquierda en Baleares como es el excoordinador de EU y exdirigente de IU Eberhard Grosske– y el grupo Crida per Palma que, de momento, no ha hecho público quién sería su cabeza de lista. Únicamente optaría al Ajuntament de Palma. A estas formaciones habría que añadir la coalición Gent per Formentera y a Més per Menorca, además de cualquier otro grupo de ámbito insular, tanto en Eivissa como en Menorca.
La situación en la izquierda es inédita y coincide con un momento de crisis en Podemos, limitada de momento a la comunidad de Madrid pero con posibilidades de extenderse a otras comunidades en el futuro.
Preocupación en el PSIB-PSOE
La semana pasada, a raíz de la crisis de Podemos, Actúa (que ya ha decidido sus cabezas de lista) propuso impulsar lo que llamó «frente amplio» y buscar un proyecto común partiendo de la idea de Carmena para Madrid. Se trataría, dijeron, de pactar una programa de mínimos y un compromiso claro. Consideran que todavía queda tiempo.
La preocupación en el PSIB-PSOE es máxima y no tanto, según la información facilitada a este diario, por sus previsiones electorales sino por el hecho de que la fragmentación de la izquierda se cebe en Podemos y Més.
«Si mantenemos resultados y nuestros aliados bajan, difícilmente podremos sumar», dijeron. El precedente andaluz pesa sobre su análisis.