Baleares ha perdido 22,2 puntos de su renta per cápita desde el año 2000, según los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) que comparan la evolución en todas las comunidades durante este período. De este modo, las Islas se sitúan como la que más ha ralentizado el crecimiento económico de sus habitantes, aunque se mantienen en el grupo de autonomías ‘ricas' (por encima de la media estatal).
En términos absolutos, Baleares tenía en el 2000 una renta de 20.030 euros por habitante, cifra que le situó un 25,7 por ciento por encima de la media; en 2018 la renta era de 26.764 euros y solo un 3,5 por ciento por arriba de la media española. Para que quede clara esta evolución negativa basta señalar que hace dieciocho año solo Madrid y Navarra estaban por delante de Baleares en términos de renta. El año pasado el grupo que adelantaba a Baleares era mucho más numeroso: País Vasco, Navarra, Madrid, Catalunya, Asturias y La Rioja.
Sobre las razones que han provocado esta situación los expertos difieren. Así, el director técnico de la Fundació Impulsa, Antoni Riera, considera que «el problema es la bajada de la productividad. Es cierto que mejoramos en los indicadores, pero no cuando los comparamos con el resto de comunidades», y añade que «la economía balear no es eficiente, no crece; es incapaz de avanzar sin consumir más recursos».
Por su parte, el presidente del Consell Econòmic i Social y exconseller de Economia en el Govern balear, Carles Manera, atribuye esta situación a que «cada vez hay más residentes, esto es lo que explica el fenómeno; el crecimiento de la población ha sido espectacular». Desde su punto de vista «con estos condicionantes los índices son lógicos; aumenta la riqueza en Baleares, pero también lo ha hecho mucho más la población».