La Guardia Civil detuvo este jueves a cuatro turistas alemanes implicados en la violación de una compatriota de 18 años en un hotel de Cala Rajada. De la ‘manada' arrestada, dos serían los autores materiales de la agresión sexual, un tercero tiene coartada para demostrar que no estaba en el lugar de los abusos y ha quedado libre y el último podría ser un encubridor.
Los hechos ocurrieron en la madrugada de este jueves, cuando los jóvenes turcoalemanes salieron de copas por Cala Rajada y conocieron a una joven de su país, con la que estuvieron bebiendo. Poco después, se desplazaron a su hotel en la calle Esperanza y dos de ellos parece ser que obligaron por la fuerza a entrar en su habitación a la chica.
Según la denuncia de la víctima, dos de los turistas se abalanzaron sobre ella con la intención de mantener relaciones sexuales, pero ella los rechazó. A continuación, una le sujetó las manos y el otro consumó la violación. La víctima, en cuanto pudo salir del cuarto, acudió a la recepción del hotel y pidió ayuda. Eran las seis menos cuarto de la mañana y cuando una patrulla de la Policía Local de Capdepera llegó, la chica se encontraba llorando y presentaba los brazos y el cuello marcados. También tenía marcas en las muñecas, lo que confirmaría que la sujetaron con fuerza para poder abusar de ella.
El caso pasó a manos de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Manacor y del cuartel de Artà, que acompañaron a la víctima hasta un centro hospitalario, para ser sometida a una revisión ginecológica. El examen confirmó que presentaba lesiones compatibles con una agresión sexual reciente.
De forma paralela, los agentes iniciaron la búsqueda de los sospechosos, que a las 4.20 horas habían cogido un autobús para llegar a Son Sant Joan. Allí, la Benemérita montó un operativo y consiguió arrestarlos antes de que se subieran a un avión. Por la tarde, uno de los detenidos quedó libre y los otros pasarán a disposición judicial en las próximas horas. Al parecer, niegan que la violaran y dos de ellos sostienen que las relaciones fueron consentidas.
Foto de los acusados
Una foto. Eso es lo único que tenía la Guardia Civil de los cuatro acusados este jueves por la mañana, a primera hora, cuando se puso en marcha un gran dispositivo en el aeropuerto para evitar que tomaran un avión a su país. Y fue suficiente. Numerosos agentes se desplegaron en la zona del control de pasajeros y fueron mirando uno por uno a los que llegaban. Los cuatro sospechosos se dividieron para pasar desapercibidos, pero los funcionarios, apoyados por vigilantes de seguridad, los detectaron y cayeron sobre ellos. Los turistas turcoalemanes no pudieron ofrecer resistencia y fueron esposados allí mismo, tras ser colocados de rodillas.