Los procesos de concentración bancaria que se han llevado a cabo desde 2008 han provocado el cierre de 505 sucursales de atención al público en Baleares, cifra que se verá incrementada a corto plazo porque todavía no ha culminado la reestructuración en el sistema financiero español, según indican los sindicatos y fuentes del sector bancario.
En 2008, inicio de la crisis, Baleares contaba con 1.261 oficinas, el número más alto registrado hasta la fecha y convertía a la comunidad balear en una de las regiones más bancarizadas del país. Diez años después, la cifra a finales de diciembre pasado era de 756, es decir 505 menos.
En los últimos nueve meses, principalmente a raíz de la finalización de la temporada turística de 2018, los grandes grupos bancarios han ido cerrando más oficinas, porque la tendencia del mercado es apostar por un nuevo tipo de sucursal polivalente.
Los sindicatos afirman que los ratios de rentabilidad y reducción de costes «es lo que obliga a las entidades a aplicar todo tipo de recortes, más aún cuando culminan un proceso de fusión».
Palma ha sido una de las ciudades más afectadas por el cierre de oficinas, ya que los bancos han optado por centralizar servicios y eliminar sucursales en el centro de la ciudad y en todas las barriadas de Palma. Esto, según los sindicatos UGT, CCOO, USO y UOB, «provoca una pérdida de la calidad del servicio y obliga a los clientes a desplazarse fuera de su barrio, con el agravante de que el horario de atención al público se restringe en algunos bancos de las ocho a las once de la mañana».
Entre 2015 y 2016 fue cuando se produjo el mayor recorte en cuanto al número de empleados. La concentración propició un reagrupamiento de tres o dos sucursales en una sola, pero con menos personal de atención al público.
Si en 2008 había tres empleados de media por oficina, se ha pasado en la actualidad a 1,5 empleados. Los sindicatos de banca afirman que de los 3.800 empleos registrados en 2008, se ha pasado a 1.200. Es decir, que se ha producido un descenso del 60 % en la cifra de trabajadores, la cual puede oscilar dependiendo de cómo se ultimen los ERE que se están llevando a cabo en la mayoría de las entidades.
BBVA, Santander, Bankia y CaixaBank, por ser las que lideran la cuota de mercado en Baleares, capitalizan el proceso de reestructuración bancaria en Mallorca, Menorca, Eivissa y Formentera.
Los expertos vaticinan que en 2020 y 2021 se van a producir más fusiones, lo que propiciará nuevos recortes en oficinas y en empleados. «Baleares no va a quedar al margen de este fenómeno y urge tomar medidas para evitar esta especie de despoblamiento de oficinas por todas las Islas», señalan las mismas fuentes sindicales.