La pandemia mantiene la delincuencia convencional bajo mínimos por el momento: menos robos, delitos sexuales o de violencia de género. La excepción son los delitos tecnológicos que se han multiplicado, también en Baleares en los últimos diez meses. Informes de distintos organismos como la Fiscalía, Red.es o el CNI alertan de que la mayor conectividad a la que han llevado las restricciones ha causado un boom de ataques a través de redes sociales y páginas web.
De acuerdo con los datos del INE, en torno a un 15 por ciento de las empresas de las Islas han tenido incidentes de ciberseguridad en los últimos doce meses. La cifra está levemente por debajo de la media nacional que es del 17. La mayoría de estos problemas han tenido que ver con fallos en el sistema que han impedido que los servicios de tecnologías de información no haya podido ser utilizados. Sin embargo, hay problemas mayores: El 1,1 por ciento de las compañías han visto revelada información confidencial a través de sus sistemas tecnológicos y el 6,4 por ciento han sufrido destrucción o corrupción de datos informáticos. En paralelo, las empresas han reforzado sus protocolos de seguridad: si hace más de un año sólo un 20 por ciento tenían documentos internos sobre seguridad informática, ahora son el 80 por ciento.
Al contrario de lo que ocurre con las empresas, los indicadores respecto a particulares son peores que la media nacional: En Baleares hay más ciudadanos que acceden a internet y también más incidentes de seguridad: un 3,8 por ciento han sido víctimas de robos a través de las redes con uso fraudulento de tarjetas de crédito o débito. Más de una quinta parte han recibido mensajes fraudulentos o han sido reedirigidos a web falsas que intentan hacerse con sus datos. A un 1,1 por ciento le han robado la identidad en las redes y a un 1,8 por ciento le han pirateado sus perfiles o su correo electrónico.
El abogado Alberto Fernández, especializado en seguridad informática, señala que el repunte de este tipo de delitos tienen que ver con el aumento del teletrabajo, las compras online y las videoconferencias. Explica que una de las principales amenazas para empresas es la emisión de facturas falsas que, a base de los datos de otras anteriores, cuelan como reales órdenes de pago autorizadas por la dirección. También han detectado numerosos delitos relacionados con anuncios de inversión en criptomonedas que terminan resultando falsas y con el dinero de la víctima en paraísos fiscales.