Ha sido la tormenta perfecta. Un tsunami de proporciones bíblicas. Jamás la economía de Baleares había recibido una sacudida de esta magnitud. No hay precedentes en medio siglo. La pandemia ha gripado el gran motor productivo de la comunidad –el sector turístico– y ha causado estragos. Aunque todavía no se ha oficializado el dato definitivo, las previsiones de FUNCAS y AIReF apuntan a que la caída del PIB en 2020 se situará entre el 20 y el 22 por ciento, mientras que en España lo ha hecho un 11%. No existen precendentes en décadas.
Si bien es cierto que Baleares se ha enfrentado a diversas crisis económicas a lo largo de su historia reciente, Bartomeu Deyà, vicedecano de la Facultad de Turismo de la UIB admite que «nunca antes se había producido una caída tan drástica de su PIB en un solo año. Esto es debido fundamentalmente a la alta dependencia del sector servicios y, en especial, del turístico, el más damnificado en esta crisis».
Otro experto, el catedrático de Historia Económica Carles Manera, comparte la radiografía de Deyà. «Somos la economía de España más afectada por su orientación a los servicios». En este sentido, precisa Manera que «la pandemia afecta mucho al sector turístico, que será el de mayor afectación. Todas las economías de servicios son las que padecen más los efectos de la crisis». Además, advierte que si el proceso de vacunación no se acelera, también habrá problemas durante este 2021.
El desplome de la economía no admite comparaciones. Sólo la Guerra Civil y la crisis de 1868 (la primera en la historia del capitalismo español), según estiman varios académicos, han causado mayores caídas del producto interior bruto en los últimos 170 años.
Al margen de estas dos fechas, hasta ahora el petróleo había escrito el guión de casi todas las recesiones que habían afectado a Baleares. Esta es su cronología.
LA CRISIS DEL 70 El alza en el precio del petróleo frena la llegada de turistas
Durante los años 1973 y 1979 se produjo una importante alza en los precios del petróleo, que provocó una fuerte recesión económica en Estados Unidos y Europa. Esta recesión mundial tuvo importantes efectos negativos sobre la economía de Balears, tanto sobre su sector industrial (hoy en día prácticamente desaparecido), como sobre su emergente sector turístico. La fuerte recesión económica experimentada en los principales mercados emisores, unido al aumento de los costes de las compañías aéreas, produjeron una importante caída en el número de turistas internacionales que recibían las islas. La recuperación se confirmó durante 1981, cuando se superó el récord del 73 (3.812.791) con la llegada de 3.905.538 turistas a los aeropuertos de las Islas.
LA CRISIS DEL 93 Geopolítica, otra vez el crudo, la Expo y Barcelona 92
A principios de los años 90 una buena parte de las economías occidentales entran en recesión debido a todo un conjunto de factores macroeconómicos y geopolíticos y, de nuevo, se produce un al alza en los precios del petróleo. No obstante, esta crisis tardó unos años en infectar a España, fundamentalmente, gracias a las fuertes inversiones realizadas en la Exposición Universal de Sevilla y las Olimpiadas de Barcelona.
Fue un espejismo. A partir del 93, el país entra en una profunda y prolongada crisis, acentuada por sus altos niveles de endeudamiento público. Tal y como señala el doctor Deyà, Balears, con una economía más ligada a la evolución de los principales mercados emisores, protagoniza una evolución mucho más ligada a Europa que a España.
Así el PIB en 1990, después de cuatro años de crecimiento, experimenta una desaceleración: 1'3 al 0'5 en el 91, al 0'4 en el 92 y en 1'6 en el 93, un detalle que diferencia a Balears de lo que sucede en el resto del país. Eso si, con anterioridad, Mallorca y Menorca fueron especialmente sensibles a la depresión británica, que afectó directamente a la llegada de turistas ingleses y al propio gasto de los visitantes.
LA CRISIS DE 2000
El pinchazo de la burbuja de la tecnológicas y el 11-S
Durante 2000 y 2001 se produce el pinchazo de la burbuja de las empresas tecnológicas y las dedicadas a internet (conocida como la ‘crisis de las .com'), y que tuvo una virulenta incidencia en las bolsas internacionales.
Deyà recuerda que la crisis de 2001 demostró que no todas las empresas tecnológicas creadas durante el boom (que se produjo entre 1997-2001) eran viables y muchas acabaron desapareciendo. La tormenta de las ‘.com' se acrecentó con los atentados terroristas del 11-S en Estados Unidos. El cima bélico y diversos conflictos geopolíticos ocasionaron otro aumento en el precio del petróleo y otra caída en el número de turistas que visitaron las Islas, con la consiguiente caída en el PIB balear.
LA CRISIS DE 2008
El sistema financiero salta por los aires
El 15 de septiembre de 2008 Lehman Brothers se declaró en bancarrota. Fue el pistoletazo de salida a la crisis global de 2008, que dejó una profunda huella entre la clase media, que no ha vuelto a recuperar poder adquisitivo. La leyenda del «too big to fail» (demasiado grande para caer) era una entelequía. En poco tiempo, las economías europeas se vieron arrastradas. Saltaron por los aires.
Esta crisis mundial, originada en el sistema financiero, fue más corta en Balears que en el resto de España. Durante 2013 comenzó la recuperación y las Islas se convirtieron en un pequeño «oasis». En esta ocasión, recuerda el profesor Deyà, el turismo fue el motor que impulsó la salida. Eso si, durante este período se produjeron algunas de las quiebras más importantes del sector turístico, fue el caso Orizonia, Futura, Grupo Marsans y Air Madrid.
Balears en 2008 estaba en máximos históricos en crecimiento del PIB, pero desde 2008 a 2013, la caída fue de 7,8 puntos, con efectos más que preocupantes en el mercado laboral, empresarial y social.
En junio de 2008, el Grup Drac, en este caso arrastrado por la denominada crisis del ladrillo, anunció su concurso de acreedores por acumular un pasivo de 600 millones de euros. El mayor en la historia de esta comunidad y que provocó un auténtico terremoto social y económico que salpicó al propio RCD Mallorca.
LA PANDEMIA DE LA COVID-19
Las restricciones provocan un desplome sin precedentes
Si durante la últimas décadas Balears había exhibido una gran capacidad de recuperción ante todas las crisis, especialmente por su estrecha ligazón con las economías europeas, la pandemia global ha generado muchos interogantes y un desplome de actividad sin precedentes. La COVID-19 ha martilleado con fuerza al turismo y al sector servicios, debido a que las restricciones impuestas a nivel mundial para frenar los contagios impiden o limitan estas actividades.
Si la caída del PIB en España ha sido del 11% en 2020, en Balears podría duplicar esta cifra. Sin duda, ha sido la región más castigada por el virus.
La aparición de diversas vacunas y las campañas de inmunización contra el coronavirus se han convertido en un elemento estratégico y en la gran esperanza para la reactivación del turismo y el sector de servicios.
Las restricciones agravan la crisis del sector de la restauración
La restricciones aprobadas por el Govern durante la tercera ola de la pandemia han agravado la crisis por la que atraviesa el sector de la restauración. A la ausencia de visitantes se ha sumado una normativa especialmente dura para bares y restaurantes, que han tenido que cerrar sus puertas al público. Esta medida, que también se ha aplicado en otras regiones de España, ha generado un profundo malestar entre los restauradores. A pesar del paquete de ayudas aprobado por el Ejecutivo de Armengol, muchos no volverán a abrir sus puertas y su cierre será definitivo.