Miquel Company (Maó, 1985) dirige una de las conselleries clave para la recuperación económica de Balears, la de Fons Europeos, pero también lleva las competencias de Cultura y Univeristat.
Una mezcla extraña: Fons Europeus, Cultura i Universitat.
— Es la imagen del impulso que se quiere dar a la Comunitat: aprovechar los fondos europeos, que la Universitat sea fundamental en la transformación de Balears y apostar por la cultura como creación e innovación, como polo de oportunidad de la economía cultural y como nicho cohesionador y motor de recuperación.
¿Se rebaja la importancia que da el Govern a la Cultura con este nuevo estatus de su directora?
— En absoluto. Sigue la misma persona al frente y hay una línea continuista. No significa no apostar por la cultura sino lo contrario: la idea de la presidenta es darle un impulso y establecer sinergias con otros sectores.
Usted tendrá que ‘cogobernar' la Conselleria con Més, que últimamente marca perfil propio.
— Ya hemos tenido las primeras reuniones de equipo y espero que no haya problemas. Me tengo por una persona cooperante y resolutiva y creo que todos estamos en esta línea: sacar adelante proyectos y soluciones. Sería muy irresponsable estar de dentro de un equipo y hacer que las cosas no funcionen, pero creo que todo el mundo viene aquí a sumar y a trabajar.
¿Cuál va a ser la función de esta Conselleria?
— Nuestra función y la de la Oficina de Gestión de los Fondos Europeos será interlocutar con las administraciones, con el sector privado y con otras entidades que planteen proyectos que nos puedan interesar. Deben ser proyectos transformadores y de cohesión territorial. Mal iríamos si los objetivos del sector privado van por un lado y los públicos, por otro. Creo que debemos trabajar en la misma dirección.
¿Se ha encontrado ya una cartera de proyectos definidos, más allá del tranvía y el tren?
— Ya se ha trabajado muchísimo en la elaboración de proyectos por parte de administraciones y empresas privadas. Baleares ya tiene proyectos en cartera por valor de 5.000 millones de euros; quintuplicamos a otras comunidades. Los fondos nos pueden ayudar a salir del bache y a pensar qué Balears queremos construir para ponernos manos a la obra en problemas de agua, de energía de vivienda, de transporte... Ahora hay que analizarlos todos y ver cuáles continúan, pero siempre desde una visión transversal.
Una reconversión turística, por ejemplo. ¿No es volver a lo de siempre?
— Hay que apostar por una diversificación de la economía, pero es evidente que ahora mismo dependemos del turismo y los ciclos no cambian de un día para otro ni casi en una década. Necesitamos cambios estructurales y ser muy inteligentes porque no se trata de abandonar de repente un sector y apostar por otro, sino de equilibrar. El sector turístico debe modernizarse y claro que debe haber proyectos turísticos mientras los otros arrancan. Sería un error abandonar ahora el sector punta de las Islas, pero debe ir en la línea de esa modernización.
Parece que todo se fía al maná de los fondos europeos. ¿No nos arriesgamos a que esto sea un ‘Bienvenido míster Marshall'?
— Los fondos europeos son fundamentales, pero tampoco nos jugamos todo a esa carta. Trabajaremos con los fondos de reconstrucción, pero también con fondos estructurales, ministeriales o propios. Todos tenemos que arrimar el hombro para superar esta situación y pensar en la nueva era más sostenible, eficiente y digital.
¿Le preocupa que el filtro de los proyectos lo haga el Gobierno a la vista de cómo nos va con el REB y otras inversiones?
— No, y la prueba es que han llegado más fondos de la UE que a otras regiones. Estoy seguro de que el Gobierno será sensible con la realidad balear porque entienden perfectamente cuál es nuestra actial situación. Balears se considera una región rica, pero estamos pasando penurias por tener todas las cartas en un mismo sitio y el Gobierno sabe que tiene hay que equilibrar esto.