Baleares incrementará desde este fin de semana los operativos de vigilancia que velan por el cumplimiento de las medidas contra la COVID-19. El refuerzo de control se produce en lo que las autoridades han calificado como el inicio de la desescalada de las restricciones en las Islas, al mejorar la situación sanitaria por el coronavirus, y al coincidir con el primer fin de semana tras la apertura de la restauración. La consellera de Presidència, Mercedes Garrido, ha valorado que los fines de semanas es cuando «aumenta la relajación» y «hay que hacer un último esfuerzo» y respetar las normas. El operativo extraordinario hará incidencia en el cumplimiento de las medidas de seguridad en las playas.
Mercedes Garrido, junto a la delegada del Gobierno, Aina Calvo; el alcalde de Palma, José Hila, y el presidente de la Federació d'Entitats Locals de les Illes Balears (FELIB), Toni Salas, han participado de la reunión del Centre de Comandament Operatiu Integrat (CECOPI) del Pla Territorial de Protecció Civil de la Comunitat Autònoma de les Illes Balears, para determinar medidas especiales y de refuerzo de cara al inicio de esta desescalada en cada una de las Islas, y especialmente en Palma.
De forma especial se trabajará en que las personas que visiten las playas lo hagan con el uso correcto de la mascarilla, respetando la distancia y la reunión de sólo seis personas de dos núcleos de convivencia. También se vigilará que se cumple la normativa en los establecimientos, que deben cerrar a las cinco de la tarde y no pueden servir sólo alcohol a los clientes.
La consellera de Presidència ha apelado a la responsabilidad y ha recordado que el no cumplimiento de las normas comparte sanciones. En estos momentos, se han tramitado en torno a 11.000 sanciones por valor de 2,1 millones de euros. En el caso de Palma, ha detallado el alcalde de Palma, José Hila, la Policía Local ha impuesto un total de 11.441 sanciones y hasta 1.419 actas por incumplimiento de la medida de reunión sólo con convivientes.