Carmen Planas ha vivido el año más duro al frente de la CAEB desde que asumió la presidencia de la patronal en marzo de 2014. La irrupción de la pandemia y sus consecuencias para la economía balear han mantenido a esta empresaria y farmacéutica centrada en la defensa de los emprendedores de las Islas, misión que ha liderado en el Consolat y que ha batallado en Madrid a través de las patronales estatales CEOE y CEPYME.
¿De qué depende que Balears recupere la caída económica registrada en 2020, que el informe de su patronal cifra en un 24,3 %?
—Lo más importante, en primer lugar, es que se resuelva la crisis sanitaria y que tengamos un control de la pandemia. En segundo lugar depende de la capacidad de las empresas a la hora de invertir. Es muy importante que haya inversión, sin la cual será mucho más difícil una recuperación rápida este año.
¿Y qué debe ocurrir para que se reactive la inversión?
—Depende de que haya confianza por parte del tejido empresarial, que se genera a partir de una estabilidad tanto sanitaria como jurídica. Las empresas deben verlo fiable, porque esta situación de incertidumbre no facilita la inversión. Preocupa el descenso registrado.
¿Es positivo que ya lleguen turistas en las próximas semanas o habría que esperar al verano?
—Lo más importante en estos momentos es que si llegan turistas tengamos un control sanitario a todas las personas que entran en las Islas, y que podamos vender Balears como un destino seguro. Para ello es importante que se acelere el proceso de vacunación. De cara al verano, si cumplimos con unos buenos indicadores epidemiológicos y seguimos con los controles, podremos tener temporada turística. Como no nos cansamos de repetir, si no hay temporada, la caída económica de Balears será aún más intensa que la del año pasado.
Hay voces críticas con la apertura turística en Semana Santa...
—Abrir con control sanitario y con concienciación ciudadana para que tanto residentes como visitantes cumplan las normas no tiene por qué ser malo. Si se hace bien puede ser un estímulo para las reservas de cara al verano. Sin control sanitario, perderemos la Semana Santa, y no nos lo podemos permitir.
¿Cómo repercutirán las ayudas del Estado a Balears?
—Las ayudas tienen que llegar lo antes posible y de forma ágil a Balears porque si los casi mil millones que no se utilizan antes de fin de año se tendrán que devolver. Tiene que ser fácil para las empresas y que llegue al mayor número posible. Esta inyección será importante porque las empresas ya no tienen un problema de liquidez, sino de solvencia. Estas ayudas serán muy importantes al permitir que muchas no tengan que convertir los ERTE en ERE y no repercuta ni el empleo ni en el bienestar de la ciudadanía.
¿Son suficientes las que han llegado hasta el momento?
—Hace tiempo que reclamamos una bajada de la presión fiscal a nivel nacional y autonómico, pero sobre todo de los impuestos que dependen del Estado. Y no ha habido ninguna mejoría ni ayuda en este sentido.
¿Qué principal temor, queja o angustia le han transmitido los empresarios a lo largo de este año?
—En estos momentos el principal sentimiento es de agotamiento. El gran problema ha sido el shock de la demanda. Se ha paralizado la actividad y no han tenido ingresos. Sin embargo, han tenido que seguir pagando impuestos y recibos y se han visto abocados a una situación muy compleja. Muchas de sus peticiones las hemos defendido desde CAEB en las instituciones de Balears. A nivel estatal, las patronales CEOE y CEPYME también han centrado sus demandas en una disminución de la presión fiscal. Además, en la Mesa de Diálogo Social estatal ya se está empezando a negociar la prórroga de los ERTE y reclamamos su prórroga hasta final de año.
¿Ha afectado por igual a grandes y pequeños esta crisis?
—No se puede decir que afecte más a unos que a otros según su tamaño, sino que afecta a todas las empresas cuya actividad se ha reducido. Lo que es cierto que las empresas con mayor músculo financiero han aguantado mejor. Hay que decir que los préstamos tanto de ISBA como los ICO han sido muy importante ya que han permitido que algunas empresas sigan vivas.
Usted ha viajado mucho a Madrid en el último año y ha mantenido contactos con representantes públicos y de las patronales estatales. ¿Son conscientes de la situación que atraviesa Balears?
—Sí. La verdad es que en CEOE son conscientes de que las comunidades turísticas, que son Balears y Canarias, son las que más han sufrido. También creo que la ministra de Turismo, Reyes Maroto, hace un buen trabajo luchando por la reactivación del turismo y vender la marca España. De todos modos, lo más importante en estos momentos es vender la marca España como un destino seguro frente a nuestros competidores.
¿Qué lección debe aprender Balears y su sector empresarial de esta crisis?
—Resiliencia y estar preparados para cualquier adversidad. Además, empezar a cambiar volumen por valor, así como modernizar y digitalizar nuestras empresas.
¿Es hora de pensar en no fiarlo todo al turismo? Pero, ¿cómo se hace?
—Balears es una comunidad eminentemente turística y será difícil de cambiar, si bien se pueden potenciar otros sectores. De todos modos, si el turismo funciona, se trata de no vender solo sol y playa, sino de potenciar muchos otros aspectos. Soy partidaria de apostar y cuidar lo que tenemos. Balears seguirá siendo turística, pero hay que apostar por calidad y no por cantidad.