La Asociación de Transporte Discrecional de Baleares, englobada en la FEBT, teme otra temporada de verano marcada por el impacto del coronavirus, más aún cuando la variante ómicron ha provocado un recrudecimiento de las restricciones en los principales mercados emisores turísticos europeos hacia las Islas. La patronal, que preside Rafael Roig, celebró este jueves en Palma su asamblea general para abordar los problemas del sector del transporte turístico, en la que se contó con la presencia del presidente de Confederación Española de Transporte en Autobús (Confebus), Rafael Barbadillo.
Roig, tras finalizar la asamblea, indicó: «La cancelación de la ITB de Berlín por segundo año consecutivo es un mal síntoma para el turismo, de ahí que tememos otra temporada de verano bajo el impacto de las variantes de la COVID, en este caso la ómicron». Barbadillo puntualizó que la «sexta ola del coronavirus echa al traste toda las previsiones empresariales, de ahí que nuestro sector está inmerso en una gran incertidumbre y hay empresas que van a tener serias dificultades para sobrevivir en esta coyuntura tan adversa».
Tras la asamblea, tuvo lugar una comida en la que estuvo presente la presidenta del Govern, Fracina Armengol, y el conseller de Mobilitat, Josep Marí. Roig aprovechó su presencia para mostrar el nivel de preocupación empresarial y trasladó a la presidenta el mal momento por el que atraviesa el sector: «Es urgente contar con la Administración para compensar el aumento de los costes con ayudas fiscales e incentivos públicos», afirmó. Roig pidió, ante los problemas de liquidez de algunas empresas, que la carencia de los créditos ICO se prolonguen hasta finales de 2022: «Las empresas no pueden asumir incrementos de hasta un 40 % de los costes y necesitan más tiempo».