La gripe da señales de vida tras dos años de pandemia en las que el SARS-CoV-2 había copado las infecciones respiratorias. El Sistema de Vigilancia de Gripe en España ha detectado casos en hasta once comunidades autónomas, entre ellas, Baleares. La incidencia en las Islas todavía es escasa respecto a la prepandemia pero triplican a las del año pasado, según revelan los datos aportados por los hospitales a Epidemiología, pues la red centinela de Atención Primaria se deshabilitó por la pandemia.
En estos centros se han detectado 1.800 casos este invierno, frente a los 881 del año pasado, y eso cuando todavía faltan cinco semanas para que termine el periodo de vigilancia. Es más, ha habido casos que han llegado a ingresar en una UCI por gripe, según comentó en su día el doctor Fernando Barturen, jefe de servicio de Anestesiología y Reanimación del hospital Son Espases. El repunte, que tradicionalmente se ve a principios de enero, se vive ahora con mayor intensidad en comunidades como Castilla y León o Catalunya donde ya circula como epidemia. En Balears, su presencia es más modesta y poco relevante, si bien cabe recordar que habitualmente los virus repercuten en las Islas con un margen de dos semanas respecto a lo que ocurra en la Península.
La cepa predominante que está circulando este año es del subtipo H3N2, el más agresivo y que no se corresponde con la vacuna aprobada para la población general pues, como se recordará, entre los más vulnerables las dosis son cuatrivalentes y están más protegidos. Sin embargo, todas las vacunas para la gripe, como sucede con la COVID-19, sí protegen del desarrollo grave de la enfermedad. Algunos expertos son de la opinión que el virus de la influenza se asoma en mayor medida cuando baja la transmisión por el SARS-CoV-2. Aunque no hay una evidencia científica, la teoría casa con lo que estaría sucediendo en estos momentos cuando la sexta ola de transmisión de COVID-19 se da por finalizada.