La sala de la Sección Primera de la Audiencia de Palma no le era desconocida. Ya en 2001, J.C., fue condenado allí mismo a seis años de cárcel por una violación. Veintiún años más tarde volvió a sentarse en el banquillo de los acusados, esta vez por abusar sexualmente de la hija de 11 años de la que era su pareja sentimental en la vivienda familiar, ubicada en el municipio de Felanitx.
El procesado se declaró culpable y aceptó una pena de dos años y medio de cárcel tras el acuerdo que alcanzó su abogado, Juan Martorell, con el representante del Ministerio Público y la acusación particular. El hombre, de 52 años, abonó 3.000 euros antes del juicio a la joven, que ya es mayor de edad, y esto le sirvió para que se le apreciara el atenuante de reparación del daño. También se benefició de que la causa estuvo paralizada durante un año de manera injustificada.
Los abusos se remontan a los años 2012 y 2013. El acusado llevó a la hija de su pareja sentimental, que por aquel entonces tenía 11 y 12 años, a su cuarto, la tumbó en la cama y le frotó sus partes contra las nalgas. Durante ese mismo periodo de tiempo, en varias ocasiones, con intención sexual, hizo que la niña se sentara encima suya y le instaba a que le cogiera su miembro. Inicialmente la Fiscalía solicitaba para el acusado, seis años de prisión. La pena quedó fijada finalmente en dos años y medio de cárcel, cinco de libertad vigilada y otros tantos de prohibición de comunicación y aproximación a la víctima.