Si existe una falta generalizada de pediatras a nivel nacional, ésta se agrava en Baleares donde la mitad de las consultas de pediatría de los centros de salud están ocupadas o bien por médicos de Familia o por profesionales que no tienen homologada su especialidad. Es decir, por facultativos no especializados en la salud infanto-juvenil tal y como dicta la ley.
El presidente de la Sociedad de Pediatría Balear (SOPEBA), Juan Carlos de Carlos, ha advertido en la primera jornada del Congreso Nacional de Pediatría que se celebra estos días en Palma, que la situación de la pediatría balear es deficitaria, algo que se agrava en las zonas rurales de Ibiza y Menorca. Entre las causas, ha señalado, «hay una falta de cantera local suficiente para cubrir las necesidad». Y es que el doctor De Carlos recuerda que la Facultad de Medicina inició su andadura hace relativamente poco y que, aunque el número de residentes que pueden formarse en las Islas, ha crecido hasta 12, no son suficientes para cubrir una demanda, agravada por las jubilaciones.
Por otra parte, han señalado otros especialistas, para los pediatras resulta más atractivo trabajar en la empresa privada donde se gozan de mejores condiciones laborales, sobre todo de conciliación en una especialidad muy escogida por las mujeres, o en plazas hospitalarias, donde pueden ganar algo más de dinero haciendo guardias.
El doctor De Carlos ha señalado, además, el factor de la insularidad y el alto coste de vida como aspectos determinantes a tener en cuenta. La solución pasa, ha dicho, por ofrecer estabilidad laboral, sacar plazas más atractivas y ofrecer incentivos en las de difícil cobertura". Sólo cubriendo todas las plazas de pediatría con especialistas se puede garantizar la equidad dentro del sistema sanitario, ha añadido.