El 32 % del gasto sanitario público de 2022 de Baleares está yendo a parar a la medicina privada, siendo la tercera comunidad que más deriva a las clínicas, sólo por detrás de Madrid y Catalunya. Ésta es una de las múltiples cifras que desgrana la doctora Manuela García, vicepresidenta segunda del Consejo General de colegios médicos oficiales, en su tesis doctoral sobre la Evolución de la demografía médica de Baleares (2010-2020) Proyección 2025, que presentará mañana lunes en el Col·legi Oficial de Metges.
«Hay que ir con cuidado con las derivaciones porque las plazas son más atractivas y algunos médicos ya han empezado a irse allí», advierte la experta. Y es que en su estudio también revela que el 49,6 % de los facultativos que se encuentran trabajando en las Islas realiza alguna modalidad de ejercicio privado, cuando la media estatal es del 30%. Ahora bien, de entre estos profesionales que en general buscan un sobresueldo el 60,6% son hombres, mientras que las mujeres permanecen más en el sistema público.
En este sentido, una de las conclusiones que la doctora García explica de sus tesis es que «deben considerarse mejor las medidas de avance en la conciliación de la vida familiar y profesional y reconsiderar las dimensiones de las plantillas médicas», advierte.
A principios de 2021 las mujeres representaban el 48 % del total de colegiados activos y la previsión es que, en 2025, la feminización de la profesión alcance el 56,6 %.
Más jubilaciones que MIR
En la radiografía demográfica del colectivo destaca también el apartado de las jubilaciones. Desde el ejercicio de 2018/19 en Balears se están jubilando más médicos de los que se incorporan a través de plazas de residente y las perspectivas de cara a 2025 no son nada halagüeñas. «La tasa de reposición no está asegurada sólo con los médicos que están formándose en la actualidad», advierte García. Para entonces «habrá 718 facultativos susceptivos de jubilarse», advierte, señalando el global del sector que incluye a quienes trabajan en la sanidad pública y en la privada.
La situación más crítica, analizada por especialidades, se encuentra en Atención Primaria donde se prevé que falten 300 plazas por cubrir en dos años y que triplica el déficit de Medicina Interna. Ambas, junto con Oftalmología, Medicina del Trabajo, Ginecología y Traumatología, encabezan la clasificación de las más deficitarias.
«Si no hacemos nada habrá un problema serio», señala la experta que cree que la solución debe tomarse de forma coordinada con los afectados. Manuela García es especialista en Anestesiología y Reanimación pero trabajó durante cuatro años en Primaria. «Hay que quitar burocracia dentro de las consultas, saber movilizar y delegar y poner en manos del médico la aplicación de la telemedicina, el paciente no debe tener la sensación de que con este sistema quieren quitárselo de encima», propone.
Al contrario de lo que se cree, en esta tesis se observa que Baleares es una comunidad atractiva para venir a trabajar. «En 2018 fue la primera autonomía en recibir a médicos de fuera», sin embargo el encarecimiento del nivel de vida junto con el ascendente precio de la vivienda ha restado competitividad al destino.
«Además los que terminan la residencia ya no se quedan en su ciudad de origen como antes, somos un país que genera médicos bien formados y muchos se van a otros países con mejores condiciones», asegura. Por otra parte, las decisiones tomadas en el ámbito político repercuten en los flujos de profesionales, según se intuye en los registros colegiales. «El decreto COVID de 2020 atrajo a muchos médicos de fuera», añade.
Para esta especialista era esencial tener un registro actualizado de la situación de los profesionales en la comunidad pues todas las referencias se han hecho desde el Ministerio sin tener en cuenta las particularidades de cada territorio dentro del Estado.
Tras tres años de trabajo y gracias a la sólida base de datos del Colegio de Médicos de Baleares que ha ayudado a actualizar, ha conseguido un documento que refleja el estado del sector en todos sus ámbitos. Otro dato sorprendente de este concienzudo estudio calificado con excelente cum laude por la UIB, es que la mitad de los colegiados médicos no tienen una especialidad. «Nuestro músculo profesional ha crecido un 18 % desde 2010 y hay que ver si será capaz de atender a la demanda futura», concluye.